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María Jesús Montero, nueva secretaria general del PSOE andaluz.
María Jesús Montero, nueva secretaria general del PSOE andaluz. MAURI BUHIGAS

Fue esta una expresión muy gráfica que conocí allá por 2007 de la mano de Alfredo Pérez Rubalcaba cuando éste encabezaba la candidatura socialista al Congreso de los Diputados por la provincia de Cádiz. Mientras recorríamos la provincia de mitin en mitin y tiro porque me toca tuve la oportunidad de cursar un máster acelerado de experiencia política. Entre las circunstancias que rodeaban ese ir y venir de un pueblo a otro había una que resultaba especialmente atractiva para mi deseo de aprender y no era otra que la llamada, casi siempre repetida a lo largo del día, del entonces vicesecretario general Pepe Blanco.

Y fue en una de esas llamadas cuando Alfredo soltó el referido “pánico en el supermercado”, mientras su rostro encajaba con toda naturalidad lo que Blanco le comentaba al teléfono y que no era otra cosa que el primer tracking electoral del día cuyos resultados no presagiaban nada bueno para las expectativas electorales del presidente Zapatero. Afortunadamente, y como más tarde confirmaron los resultados electorales que concedieron un segundo mandato a Zapatero, aquel pánico en el supermercado fue tan sólo flor de un día.

En estos días se ha producido un acontecimiento político, el anuncio de la candidatura de María Jesús Montero a la Secretaría general del PSOE de Andalucía, que me ha traído de nuevo a la mente aquella expresión que tanto utilizaba Rubalcaba. La percepción que tengo en este momento es que la propuesta de la ministra de Hacienda para dirigir el socialismo andaluz está provocando un cierto pánico en el supermercado de Andalucía en el País de las Maravillas de Juanma Moreno. Si bien hace ya algún tiempo que, en previsión de que ocurriera lo que ahora ha tenido lugar, los portavoces más hirientes de la derecha gobernante andaluza habían sido situados en primera línea de combate.

Pero ha sido producirse la propuesta socialista para que hasta el propio presidente Moreno haya bajado a las trincheras para disparar las primeras andanadas contra la actual ministra y futura candidata a la presidencia de la Junta. Y mientras eso pasaba anunciaba Moreno que no se iba a convertir en comentarista de la campaña en la que ha entrado según él la ministra Montero. Y todo ello mientras precisamente comentaba los argumentos críticos de la ministra para la sanidad pública del gobierno de Moreno, que consciente o inconscientemente había caído en contradicción de decir que no haría lo que con esas palabras estaba haciendo.

Y cómo no iba a aparecer por el supermercado el Consejero de Presidencia y tantas cosas más, el ínclito Antonio Sanz que afirmaba sin el más mínimo pudor que esperaba que Montero no bloquease el nuevo hospital de Cádiz, ese mismo hospital que el gobierno al que él pertenece lleva bloqueando hace ya más de seis años y que debe tener guardado en el mismo cajón que la Ciudad de la justicia. Y es que no hay nada más capaz de delatar la debilidad política que el pánico en el supermercado.

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