Polvo eres y en fango te convertirás

Definía Eco la máquina del fango, en el contexto de la comunicación política, como una herramienta de desprestigio contra el adversario político para dañar la imagen pública de alguien lanzando información, manipulada o no, mediante la opinión pública

Feijóo, de campaña en Cataluña.
Feijóo, de campaña en Cataluña.

Valga retorcer la cita bíblica del Génesis tan utilizada cada Miércoles de Ceniza para reflejar de manera gráfica lo que viene ocurriendo con bastante frecuencia en el debate político, con especial protagonismo para una nueva especie de autodenominados periodistas y también de personajes que han hecho de la política su único sustento vital.

Recordaba hace algunas semanas el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al teórico de la comunicación y novelista italiano Umberto Eco a propósito de su concepto de la máquina del fango, el instrumento utilizado por las derechas y sus aliados mediáticos en el combate por tierra, mar y aire contra el Gobierno de coalición y en especial su presidente. Definía Eco la máquina del fango, en el contexto de la comunicación política, como una herramienta de desprestigio contra el adversario político para dañar la imagen pública de alguien lanzando información, manipulada o no, mediante la opinión pública.

En la España actual, a tenor de lo que cada día se puede oír, leer o ver, esa máquina pareciera una locomotora que arrastra un número infinito de vagones repletos de esos creadores de opinión a sueldo de los presupuestos públicos de las administraciones gobernadas por la derecha política española, de conductores y conductoras de programas de supuesto entretenimiento en los principales medios televisivos y también de políticos y políticas del tres al cuarto buscando medrar a la sombra de sus líderes y lideresas, que por cierto también viajan con bastante frecuencia a bordo de esa máquina del fango, y es que ya lo dijo un experto en fango, el entrenador Javier Clemente: "El portero que no llega al vestuario cubierto de barro, no es un portero". Y Clemente de barro sabía mucho porque lo había convertido en un aliado imprescindible para conseguir sus éxitos principales como entrenador del Athletic Club.

Pero con ser preocupante lo que viene ocurriendo con quienes pretenden dejar la política española como el escenario de Lo imposible, la película de Bayona, tras el tsunami, mucho más preocupante resulta la deriva con la que navega el señor Feijóo en estos últimos días de la campaña electoral catalana. El Partido Popular ha decidido arrebatar a la extrema derecha, la de Vox y la nacionalista catalana de la alcaldesa de Ripoll, todo el argumentario xenófobo y populista que les caracteriza.

Resulta cuanto menos sonrojante ver y oír al moderado presidente del Partido Popular buscar votos utilizando el fango, en este caso el de la xenofobia. El modelo García Albiol se ha convertido en santo y seña de la frustración electoral de un Feijóo empeñado en caminar de derrota en derrota hasta l victoria final, no la suya sino la de sus adversarios internos, y para ello nada mejor que recordar el Génesis, polvo eres y en polvo te convertirás.

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