El descenso del precio del aceite, en el aire

Los primeros datos del 'verdeo' arrojan menos aceituna de la esperada, a lo que hay que añadir que las empresas, cooperativas y cadenas de distribución han ido dando salida a sus 'stocks' los dos últimos años

Precio del aceite. Huevo duro con aguacate y un chorrito de aceite de oliva, imbatible.
Precio del aceite. Huevo duro con aguacate y un chorrito de aceite de oliva, imbatible. MANU GARCÍA

Está dando los primeros pasos la primera campaña de recogida de la aceituna –el 'verdeo', encaminada sobre todo a la recolección del fruto que se destina para la aceituna de mesa– y vuelven con fuerza las previsiones acerca de lo que puede ocurrir a corto plazo con el precio del aceite de oliva.

Después de dos años de tremendas subidas, período en el que se han llegado a ver marcas de aceite de oliva virgen extra ('aove') en los quince euros el litro sin que estemos hablando de ninguna cualidad más allá de dicha especificidad (por ejemplo, el reconocimiento ecológico), todo parecía indicar que una buena cosecha como la que se espera en 2024 iba a poner al aceite de oliva en la senda de acercarse a precios de hace tres o cuatro campañas.

De hecho, el propio Gobierno ha ayudado a que el aceite de oliva entre en la senda de la moderación mediante la reducción de sus impuestos ­–desde el 1 de julio pasó a ser un alimento con el tipo súperreducido, por lo que, de manera provisional, está tributando excepcionalmente al 0%–, medida que ha tenido éxito en tanto en cuanto se han visto reducciones que oscilan entre los 35 y los 70 céntimos el litro, pero que no tienen más recorrido, de hecho, de manera paulatina el grupo de alimentos en el que ahora se engloba el aceite volverá en unos meses al 4%.

Con todo, el problema es que no está tan claro que después de la recogida de la aceituna encaminada a elaborar aceite (de octubre a febrero, según variedad, provincia, altura, etc) dé comienzo el esperado descenso en el precio. En primer lugar, a tenor de los primeros datos del ‘verdeo’, no hay tanta aceituna como se pensaba y, en segundo, hay un problema enorme con las reservas, ya que han salido casi todas al mercado. Así, como ha ocurrido con otros sectores, las lluvias de marzo crearon unas expectativas que luego no han terminado de cumplirse. En efecto, la cosecha en fase preliminar será mejor que en 2022 y 23, que fueron francamente malas debido a la sequía, pero tampoco será un ‘cosechón’. Y si además no hay stocks en los almacenes, la incertidumbre con los precios está servida. 

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído