Mientras los políticos siguen a lo suyo, la Naturaleza también. Se veía venir que hasta después de las municipales no iba a haber novedades en lo que se refiere al Parque Nacional de Doñana, pero claro, luego vino el adelanto electoral y hubo que añadir casi otros dos meses, hasta la celebración de las generales el pasado domingo. Y ahora viene la espera de que salga (o no) un nuevo Ejecutivo y que hable con la Junta de Andalucía. Si algo tiene la Naturaleza (hoy vamos a poner la palabra con alta) es que no espera. A nadie. Y menos a los políticos.
Todo esto viene a cuento de que los expertos de la Estación Biológica de Doñana, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han alertado de que en dos semanas, la principal laguna del Parque Nacional, Santa Olalla, estará seca, y ni el Ejecutivo central, ya en funciones, ni el autonómico, tienen previsto poner en marcha ninguna medida específica al respecto. La Junta, de hecho, con toda seguridad, esperaba un resultado mejor del PP en las generales para que un gobierno del partido en Madrid, de alguna manera, facilitara la controvertida ley de regadíos que tiene en cartera y que contempla la legalización de más de 700 hectáreas de regadío, sobre todo después de que el PSOE incluyera en su agenda electoral nacional todo lo que concierne a Doñana.
El caso es que la política y sus plazos –y su tacticismo–, como por desgracia era de prever, siguen marcando la agenda de lo que finalmente se vaya a hacer en Doñana. Evidentemente, hasta que no haya nuevo Gobierno en Madrid, no cabe esperar que se produzcan novedades. El Gobierno socialista; la UE; la Unesco; la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), que tiene sobre la mesa un expediente que recomienda la salida de Doñana de su prestigiosa 'Lista Verde' tras verificar distintas malas praxis... todas estas instituciones y organizaciones le han dicho a la Junta que por ahí no, que bastantes problemas tiene el Parque como para ahora autorizar de facto nuevos regadíos para fresa y arándanos, pero...
Pero Santa Olalla, una laguna que precisamente se alimenta del agua subterránea, destacan los expertos, no puede esperar. Es verdad que, desde que hay registros, es la cuarta vez que se seca, aunque nunca había ocurrido dos años seguidos. Sequía, cambio climático y sobreexplotación, un cóctel a la espera de una respuesta política en Doñana.