El PP de Jerez ha rescatado un ‘viejo fantasma’, como es el de la dotación para el viñedo de Jerez de un plan especial de protección por parte de su aspirante a la alcaldía, María José García-Pelayo. Este plan pretende salvaguardar esta zona de aerogeneradores y plantas fotovoltaicas, al entender que su implantación nada aporta a una zona que se considera abiertamente como patrimonio histórico y vital para el desarrollo enoturístico como actividad complementaria a la vitivinícola.
Y decimos ‘viejo fantasma’ por la sencilla razón de que hace una década, con la propia García-Pelayo en la alcaldía de Jerez, el PP ya presentó un plan muy similar que fue frenado por la Junta de Andalucía, entonces socialista, al entender que el Ayuntamiento se extralimitaba en sus funciones.
De dos años a esta parte no vamos a decir que la situación haya sido exactamente la misma, pero al revés… aunque casi: tenemos a los mismos actores en papeles inversos, al PSOE en el Ayuntamiento de Jerez en vez de en la Junta y al PP en la Junta en vez de en el Ayuntamiento. Ese PSOE que hace diez años paró desde Sevilla los planes de protección del PP, hace cosa de dos ha sido el que ha denunciado desde Jerez que la construcción de plantas eólicas y parques solares en el viñedo es cosa de la legislación autonómica y que no puede hacer nada con el PGOU —solo con el PGOU— en la mano. Vaya, lo que viene siendo la frase hecha “el uno por el otro y la casa sin barrer”.
Realmente el ‘mal’ ya está hecho, porque el parque eólico de El Barroso está muy cerca de su conclusión
Papelón, sin duda, el de las dos grandes formaciones políticas de Andalucía, incapaces de ponerse de acuerdo en un tema en el que, además, tácitamente se sobrentiende que ambas coinciden, como es salvaguardar el viñedo del impacto visual que causan las infraestructuras de las energías renovables y, por ende, su incidencia perjudicial en todo lo relacionado con la explotación del viñedo en otras actividades, sobre todo turísticas.
Realmente el ‘mal’ ya está hecho, porque el parque eólico de El Barroso está muy cerca de su conclusión y de entrar en servicio, por lo que se antoja tremendamente complicado que a estas alturas se produzca un giro radical en la situación, que solo podría venir de las acciones judiciales emprendidas por viticultores afectados por este parque bajo el paraguas de la iniciativa encabezada por el Consejo Regulador.
Hay que matizar que nadie en el sector vitivinícola de Jerez se opone públicamente a las energías renovables, sino al hecho de que, siendo el segundo municipio más extenso de Andalucía, es decir, habiendo terreno de sobra, haya que poner estas infraestructuras precisamente en la zona de viñedo. La incapacidad de PP y PSOE para defender realmente el viñedo del Marco de Jerez hace que cualquier acuerdo al que lleguen en el futuro tenga un tercer actor, que no se llama ni Ayuntamiento ni Junta: se llama El Barroso.