Granada es esta semana la auténtica capital europea. Unos cincuenta jefes de Estado y presidentes de Gobierno se dan cita en la Cumbre Europea, en la que, además de países de la propia Unión Europea (UE) participan distintos aliados y que se celebra, a distinta escala, durante este jueves y el viernes.
Una cita de estas características lleva consigo distintas molestias para la ciudadanía durante su celebración, es inevitable, pero es evidente que al poner en una balanza esos perjuicios momentáneos –los controles policiales, las dificultadas al reservar un hotel o un restaurante, circular por sus calles o, incluso, acudir de visita a la Alhambra–, el ‘eco’ que crea el nombre de Granada en todos los medios de comunicación del mundo y en las redes sociales es enorme. En este tipo de cumbres, la promoción que suele obtener la ciudad organizadora no tiene precio. Lo experimentó Sevilla hace unos meses con la Cumbre sobre el Clima; antes lo hizo Jerez con la Cumbre sobre Educación o, a otro nivel, Cádiz con el Congreso de la Lengua.
Granada lleva siglos ahí, Granada es por sí conocida en todo el mundo, Granada tiene la Alhambra y el Generalife como monumentos Patrimonio de la Humanidad, además del barrio del Albaicín o la catedral… y, por supuesto, tiene su vida, sus gentes, sus estudiantes, esa manera de vivir la calle, los bares… Todo eso es sabido, pero no viene nada mal un ‘repaso’ gratuito y a nivel mundial.
Además, el impacto de la Cumbre (que en realidad son dos), más el fin de semana consecutivo, es de unos ocho millones euros solo en la ciudad.
Por lo demás, la Cumbre va a tocar tres grandes asuntos: la posible ampliación de la Unión Europea a nuevos países –es un tema por concretar, aunque es un hecho que la primera candidatura, una vez que acabe el conflicto, será la de Ucrania–, las políticas de emigración y asilo y la proyección de una imagen de unidad frente a la amenaza de Rusia, aspecto este indudablemente respaldado precisamente por la presencia en Granada de Volodimir Zelenski, el presidente de Ucrania, que al final ha acudido para mantener distintos encuentros bilaterales al más alto nivel, caso de Felipe VI, Pedro Sánchez o el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
En estas cumbres, con horas y horas de trabajo, de reuniones, de ruedas de prensa, al final, siempre queda algo de tiempo para el esparcimiento. Así que disfruten de la bella Granada, de la que les fija el protocolo y de la vida de sus calles. Y de Lorca, claro, que de eso ya se han encargado el presidente Sánchez en su discurso. Y vuelvan. Ya saben que, como más o menos dice ese viejo eslogan, Andalucía te está esperando.
Comentarios