El Guadalete 'lleva' buenas noticias

Después de décadas de olvido y proyectos fallidos, todo indica que en esta ocasión las obras que se acometen en sus márgenes sentarán las bases para una recuperación integral del río y su 'acercamiento' a Jerez

El que iba a ser centro de interpretación del Guadalete, uno de los proyectos fallidos relacionados con el río.
El que iba a ser centro de interpretación del Guadalete, uno de los proyectos fallidos relacionados con el río. JUAN CARLOS TORO

Parece que esta vez sí, que va en serio la recuperación del río Guadalete, aunque no hay que cantar victoria: basta con echar un vistazo al estado de abandono en que se encuentra el edificio que iba a ser centro de interpretación (vinculado al Plan E), tanto del río como de esa zona del Jerez rural, siempre vinculada a su vega.

Realmente, se puede decir que los distintos gobiernos municipales que han pasado por el Ayuntamiento de Jerez han estado interesados en la recuperación del río, pero ninguno ha dado con la tecla y aunque ha habido apoyos puntuales de administraciones superiores (imprescindibles) y se han producido pequeños avances, nunca ha abierto camino ningún plan integral para el río y su ribera.

Se trata, en efecto, de un trabajo que debe ser integral, que parta de la recuperación del cauce original, con actuaciones en materia de prevención de riesgo de inundaciones en terrenos aledaños, tal y como se está haciendo, y que culmine con la consolidación del Guadalete y su ribera como un espacio de ocio para todos los jerezanos, en el que se pueda tanto pasear por senderos como realizar distintas actividades acuáticas, sin olvidar propuestas culturales y etnográficas. Solo ese puede ser el futuro. De hecho, la recuperación del bajo Guadalete no debe ceñirse a su paso por el municipio de Jerez, ya que debe combinarse con Arcos y El Puerto, una manera más de hacer provincia.

Los trabajos que está llevando a cabo la empresa pública Tragsa son una noticia esperanzadora, ya que avanzan a buen ritmo y supondrán la recuperación de unos siete kilómetros del cauce tal y como ha sido históricamente, después de años de dejadez. Estos siete kilómetros son los que el río discurre entre La Corta y Lomopardo, dos barriadas rurales en los que la vida no se entendería sin el Guadalete. Esa recuperación física es la base a partir de la cual se irán cimentando el resto de actuaciones y la constatación de que esta vez, al menos, no se está comenzando la casa por el tejado, como ocurrió con proyectos anteriores.

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