La insostenible situación de Mazón

El PSOE valenciano pide dimisiones y convocatoria de elecciones, mientras el presidente autonómico se muestra dispuesto a dirigir un período 'post tragedia' para el que no está moralmente habilitado

Carlos Mazón, en una visita el pasado lunes a una zona afectada por la DANA.

 El contenido de la comparecencia de Carlos Mazón ha sido el esperado: lejos de anunciar su dimisión, el presidente de la Comunidad Valenciana se muestra dispuesto a dirigir el proceso de la vuelta a la normalidad de las zonas afectadas por la riada. Dirigir: lo que no hizo el fatídico 29 de octubre. Sus explicaciones han rozado la intrascendencia, ha repartido culpas con el Gobierno central y no han aportado apenas novedades sobre su falta de toma de decisiones.

El PP, como es lógico, es plenamente consciente de que Mazón está quemado para seguir en política y habrá que ver incluso si no tendrá que hacer frente a responsabilidades penales, pero el partido entiende que lo mejor –hablamos estrictamente de tacticismo político– hoy por hoy es que el presidente se 'coma' los próximos meses y que se tome una decisión –en realidad no es 'una' decisión, sino 'la' decisión– desde Génova cuando la situación esté más calmada, con la premisa de que es imposible cualquier reivindicación del presidente con más de 220 muertos.

Mientras, el PSOE trabaja a doble velocidad. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evita de manera deliberada pedir la cabeza de Mazón y se dedica –entre viaje y viaje, que esa es otra cuestión... tras los incidentes de su visita a Paiporta se ve que hay poca gana de volver a la 'zona 0'– a 'vender' los sucesivos paquetes de ayuda que aprueba el Consejo de Ministros, dejando que el 'caso Mazón' siga pudriéndose, a nivel autonómico el mensaje es mucho más concreto y directo: dimisión inmediata de Mazón y su gobierno, formación de un gobierno de transición de corte eminentemente técnico y celebración dentro de unos meses de elecciones autonómicas, esa es la agenda socialista a pie de tierra.

Y en esas estamos. Mientras los cientos –probablemente miles– de voluntarios andaluces que han ido a colaborar en las tareas de limpieza coinciden en afirmar que la situación es "apocalíptica" y que la magnitud de la tragedia es inimaginable, más allá de lo que se ve en las cámaras de televisión, los partidos hace ya dos semanas que andan enredados en el 'y tú más'. La 'otra' normalidad.