El pueblo de Jerez ha vuelto a elegir a sus representantes políticos en su Ayuntamiento: son 27 concejales que representan, según los resultados del pasado 26 de mayo, a los siguientes partidos: PSOE (10 concejales), PP (9 concejales), Ciudadanos (4 concejales), Adelante Jerez (3 concejales), y Ganemos Jerez (1 concejal). El resto de candidaturas que concurrieron no obtuvieron representación alguna. Durante todo ese mes de mayo, y aún desde varios meses antes, los ciudadanos de Jerez hemos sido bombardeados por mensajes, procedentes de los cinco partidos políticos cuyos representantes han constituido esta mañana el renovado pleno municipal, incluyendo siempre una amplia retórica sobre las grandes bondades de Jerez, su posición logística y estratégica, sus fuerzas icónicas, los valores patrimoniales de la ciudad, etcétera. Y está bien ese carácter asertivo: una comunidad debe defender —con realismo— su pasado, para sentar mejor las bases de su futuro.
Aunque algunas propuestas han sonado especialmente grandilocuentes, sobre todo en temas como el flamenco, el caballo, el vino, u otras directamente han querido convertir en promesas cosas que son inherentes al día a día de una administración local, como mantener limpias las calles (concienciando también a la ciudadanía de que es tarea de todos) o que funcionen las farolas, se ha echado en falta análisis más completos y complejos sobre la realidad social actual, y sobre la verdadera situación de la urbs, en todos sus aspectos. Muchos ciudadanos esperan que los problemas de movilidad, de limpieza y también de seguridad, tengan un trato prioritario. Otro sector de población urge a acometer políticas mucho más ambiciosas de vivienda pública, y fórmulas adecuadas de alquiler, etcétera. Y finalmente, otros muchos desesperan por no encontrar medios de subsistencia en la ciudad, y apremian a acometer una apuesta mucho más intensa en políticas de empleo público, y con apoyos reales al microemprendimiento, entre otras cosas. Hay problemáticas muy diversas, y todas hacen sufrir a distintos —y a veces a los mismos— sectores de población.
Hoy, sábado 15 de junio, se ha celebrado el pleno de investidura, que ha decidido quiénes gobernarán la ciudad en los próximos cuatro años. Y como era previsible, ha sido el PSOE —vencedor de estas elecciones— quien ha obtenido la alcaldía. Pero, más allá del presumible resultado de esta mañana —en cuanto a la designación nuevamente de Mamen Sánchez (PSOE) como alcaldesa—, ahora, hoy, se trata de mantener, por todos, la coherencia debida a la palabra dada, y también mantener el respeto debido a los miles de votantes que han depositado sus esperanzas en cada uno de esos mensajes.
Es el momento de demostrar que frente a los muchos y graves problemas que padece Jerez —algunos de muy difícil y lenta solución, pese a los que pecan de optimismo—, pese a todo, hay que mantener la constancia en el esfuerzo por mejorar nuestra ciudad y colocar los intereses generales de Jerez, de verdad, de una vez y para siempre, por encima de los intereses estratégicos de partido o de otros intereses ajenos a nuestra ciudad y sus habitantes. Y eso afecta a cada uno de los cinco grupos políticos, estén en el gobierno o en la oposición. Jerez recuerda, y espera.
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