Hay una vieja frase hecha que dice “cada paso es un gazapo”. Algo así podría aplicarse a la legislatura que echó a andar hace cosa de cuatro meses, cuando finalmente el PSOE consiguió los apoyos necesarios para la investidura de Pedro Sánchez. El problema es que hay que explicar rápidamente que ‘gazapo’ tiene dos significados totalmente distintos en castellano, pero que, hablando de política pueden dar lugar a confusión. Gazapo, en este refrán, no se refiere a su otro significado, un error, un embuste o, incluso, un descuido en el uso del lenguaje –que también es casualidad– sino que se refiere a los conejos, a los conejos jóvenes, para ser más exactos.
Por eso, en la expresión “cada paso es un gazapo”, la cría del conejo se identifica con su salto (sinécdoque), con algo que salta y, por extensión, eso que salta es un problema. Es decir, el sentido real de “cada paso es un gazapo” aplicado a una situación concreta viene a ser algo así como que, a medida que se trabaja o avanza en algo, no dejan de surgir problemas. En definitiva, como en la actual legislatura.
La disparidad de apoyos que obtuvo el PSOE para gobernar después de no haber conseguido siquiera ganar las elecciones, ya auguraba una legislatura muy complicada, pero los socialistas se están encontrando con más problemas de los que cabía esperar, no paran de saltar ‘gazapos’ en su andadura, un problema tras otro, problemas que, en principio, siquiera estaban previstos. El último, la decisión del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de adelantar las elecciones catalanas, entre otros motivos para evitar el posible triunfo de un retornado Carles Puigdemont como candidato de Junts a dichos comicios, lo que, a su vez, ha tenido como derivada que Pedro Sánchez haya anunciado que declina, por ahora, tener nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE) en 2024. Se fue Podemos de Sumar, el PSOE se estrelló en Galicia, estalló el caso Koldo-Ábalos, la amnistía no para de dar que hablar y, ahora, la convocatoria de las elecciones catalanas y la decisión de no tener Presupuestos… todo eso en solo cuatro meses.
Estando las cosas como están en el Congreso, con la necesidad de los votos de todos los socios todo el tiempo, el PSOE tenía claro que iba a acudir lo justo. Pero ahora, tras la más que posible renovación de los PGE de 2023, su iniciativa política se ve también muy seriamente comprometida. En efecto, un gazapo tras otro…
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