La provincia de Cádiz ve cómo las medidas contra la sequía y sus efectos van en aumento a medida que se prolonga en el tiempo. El jueves –justo cuando comenzó a llover, por cierto– la comisión de gestión de la sequía de la demarcación hidrográfica Guadalete-Barbate ha tomado nuevas decisiones que afectan a los ciudadanos de prácticamente toda la provincia y que, de no haber cambios en cuanto al régimen de lluvias, pueden acabar produciendo importantes perjuicios en la economía, sobre todo para el turismo, ya que la Semana Santa, que de alguna manera abre la temporada de este sector económico, está a mes y medio.
Esta comisión, reunida en Jerez, ha limitado a 200 litros persona/día la disponibilidad de agua para casi todos los municipios de Cádiz. En la comarca del Campo de Gibraltar y buena parte de la provincia de Málaga, el dato que ha establecido la autoridad competente en la materia es aún peor, ya que se queda en 160 litros/persona. No hace falta reseñar lo que significa el turismo para esta provincia.
Los números, como tantas veces, dicen poco o nada. Se entiende mucho mejor cuando los ciudadanos ven que las restricciones le empiezan a afectar en su vida privada, que no puede lavar el coche por su cuenta o que quien disponga de piscina no la puede llenar ni tampoco regar su jardín. Pero estas medidas llegan también a las administraciones públicas, sobre todo a los ayuntamientos. Por ejemplo, queda prohibido el baldeo con agua potable de las calles, el de parques y jardines públicos o el uso de duchas y surtidores públicos.
La Junta de Andalucía busca llegar a un acuerdo con la ministra Ribera y ha anunciado su disposición a traer agua en barco desalada desde la comunidad de Murcia, pero es evidente que todo son medidas que se toman llevados por los acontecimientos, que van tarde, y que, al final, después de todo estos años de sequía que ya se relacionan sin ninguna duda con el cambio climático, al final en lo que se piensa de manera paralela es en qué bueno serían cinco o seis temporales como el del jueves y viernes la próxima primavera...