¿Más Zambombas? Mejor, mejores

El gobierno municipal baraja adelantar su fecha 'oficial' de inicio, cuando es evidente que la fiesta se encuentra al borde de la saturación y que necesita una recuperación de su espíritu originario antes de que sea tarde

¿Más Zambombas? Una Zambomba en la plaza Plateros de Jerez.
¿Más Zambombas? Una Zambomba en la plaza Plateros de Jerez. CANDELA NÚÑEZ

Quedan todavía dos semanas para la celebración de la Magna Mariana de Jerez, cuando el Ayuntamiento ha comenzado ya a pensar en las Zambombas. De hecho, el gobierno municipal ha dejado escapar la posibilidad de que haya ya Zambombas ‘oficiales’ el último fin de semana de noviembre.

Bien… cuando se habla de Zambombas ‘oficiales’ suele haber cierta confusión, incluso entre los propios hosteleros. Todo el mundo es muy libre de hacer una Zambomba cuando le parezca, en su local o en su propia vivienda (como si la hace el 15 de agosto), siempre y cuando se atenga a la normativa general municipal. El Ayuntamiento no es nadie para impedir que un grupo de amigos, solos o con apoyo musical, se junten para cantar villancicos, siempre y cuando se respeten horarios y ruidos. Cuando se añade ‘oficial’ se hace referencia de manera indirecta a la ocupación de la vía pública para tal fin, permitida por la ordenanza municipal para llevar a cabo estos festejos, de ahí el uso de ese término.

El actual gobierno municipal está volcado con todo lo que signifique turismo y mayor afluencia para Jerez. Es cierto que Jerez no es una ciudad que presente evidentes signos de saturación como Sevilla o Cádiz –lo que se viene llamando ‘turistificación'–, pero, por ejemplo, en el caso de la Zambomba, le falta poco. En los últimos años, se observa claramente que la fiesta se está desvirtuando (hay supuestas Zambombas en las que a partir de determinada hora incluso 'desaparecen' los villancicos) y que está al borde de que se comience a hablar sin tapujos de degradación. ¿Y cuáles son, por ahora, las líneas de trabajo del gobierno municipal? Más Zambombas, no 'mejores'. Y si se ‘oficializa’ el último fin de semana de noviembre será la ‘prueba del nueve’.

Se acerca el momento en que habrá que comenzar a trabajar para recuperar la esencia de una fiesta que corre el riesgo de morir de éxito, con el peligro de convertirse en una excusa para la celebración cada fin de semana hasta el 24 de diciembre de una especie de botellón masivo en el centro de Jerez que comienza a expulsar esos días a los habitantes que se lo pueden permitir. Y, desde luego, ese no es el espíritu de la Zambomba…  

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