La novedad no es que el nuevo parque de Villas del Este, en Jerez (pero podría ser el caso de cualquier otra ciudad de Andalucía), tenga una zona de parkour, otra de esparcimiento canino o una zona de calistenia, la novedad es que una Administración reconozca el esfuerzo llevado a cabo por la anterior para poner en marcha un proyecto que ahora, después del voto de los ciudadanos, le ha tocado finalizar y, en consecuencia, inaugurar al nuevo gobierno municipal.
La alcaldesa García-Pelayo, del PP, tuvo ese gesto con su predecesora en el puesto, la socialista Mamen Sánchez, presente junto a buena parte de los concejales del PSOE, durante la inauguración de esta nueva infraestructura pública.
Hay un viejo aforismo del periodismo que dice que "la noticia no es que un perro muerda a un niño, es que el niño muerda al perro". Es así, pero sería absolutamente normal que una Administración reconociera el trabajo de la anterior, el reconocimiento de las cosas que están bien hechas o bien planteadas, independientemente de las siglas que las haya impulsado, algo totalmente excepcional en la política española, totalmente sumida en la lógica de bloques.
Lo que pasa es que muchas veces estos gestos se quedan ahí, no son propiamente una línea de actuación. Flor de un día. Siguiendo con el caso de Jerez, el último pleno municipal, apenas tres días antes, fue bastante borrascoso entre las dos grandes formaciones debido al estado de una empresa municipal, Comujesa.
Sin embargo, el acuerdo sobre el futuro del Parque Nacional de Doñana y las zonas colindantes ha sido otra reciente muestra, no ya de cortesía, sino de auténtica colaboración entre la Junta de Andalucía y el Gobierno central, con buena sintonía el presidente Juanma Moreno y la ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, no ya solo para ponerse de acuerdo, también para hacer rectificaciones sobre la marcha. Por lo demás, eso es lo que hay...
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