Un PP 'dividido' por la tasa turística en Andalucía

La Junta no está por la implantación de esta tasa y hace que el PP imponga su mayoría absoluta en el Parlamento andaluz, pese a que alcaldes del partido en las grandes ciudades piden que se instaure

Un grupo de turistas en el paseo marítimo de Cádiz este jueves.
Un grupo de turistas en el paseo marítimo de Cádiz este jueves. JUAN CARLOS TORO

El PP está claramente dividido respecto a implantar una hipotética tasa turística en Andalucía. La Junta sigue negándose a aplicarla y el partido ha laminado en el Parlamento la propuesta de Adelante Andalucia, aunque algunos alcaldes de las principales ciudades –Sevilla, Cádiz, Málaga, Granada y Córdoba– se han pronunciado en algún momento a favor de dicha tasa. Eso sí, seguro que con el momento de poder omnímodo –Junta, Parlamento, grandes ciudades– que vive el PP andaluz no se va a mover nadie por este asunto.

La Junta esgrime un argumentario de peso: no la quieren los hoteles ni la hostelería y estima que el mensaje que se envía, al final, se puede relacionar con la 'turismofobia', algo a evitar. La Junta, que no hay que olvidar que se refiere siempre al turismo como una industria fundamental para la economía andaluza, está todavía en clave de número de viajeros y este puede ser un año de récord. Si hay algunas dudas, ahí está la apuesta por abrir nuevas conexiones aéreas o la campaña de Andalusian Crush en búsqueda de nuevos mercados, como el estadounidense, para atestiguarlo.

Los ayuntamientos con mayor presencia de turistas apuestan por la instauración de la tasa atendiendo fudamentalmente al daño que esa actividad hace en sus cuentas, en realidad, independientemente de la posición que se mantenga hacia el turismo de masas y el grado de comprensión que haya hacia el número creciente de vecinos que se oponen, porque en realidad no se trata de eso o al menos no solo. Se trata de que el turismo tiene una evidente incidencia en la conservación y mantenimiento de determinadas zonas de atracción de las ciudades y que, por supuesto, los 200 millones de euros largos que se generarían con la imposición de la tasa (cálculos de Adelante Andalucía, de los que la mitad sería para los ayuntamientos) supondrían un alivio para todas las arcas municipales, sin duda.

La tasa turística funciona desde hace años en sitios como las Islas Baleares o Barcelona. Suele consistir en un recargo que varía, pero puede llegar a los cinco euros por persona y día, según el alojamiento.

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