Las exportaciones de aceite de oliva español a Estados Unidos han superado, por primera vez, los mil millones de euros, según datos del Ministerio de Agricultura sobre 2024. Se trata de una cifra importantísima, con el aliciente de que el aceite español ha superado en precio a su gran competidor, el aceite italiano, algo que sucede también por vez primera. Estados Unidos se ha convertido en el segundo importador mundial de aceite de oliva español, justo por detrás precisamente de Italia.
Parte de este incremento se debe a que algunas de las principales exportadoras han enviado producción ‘a cuenta’ del presente ejercicio, con la idea de que haya un importante stock que, de alguna manera, venga a suavizar la subida de precios que, inevitablemente, traería consigo la imposición, por parte de la administración Trump, de aranceles a este producto clave de la economía y la gastronomía andaluzas.
Ni el aceite español, ni el de otros países de Europa, cumplen con las tesis que se emplean para el establecimiento de aranceles, como la de favorecer y proteger a los productores estadounidenses, ya que hay que tener en cuenta que en dicho país casi no hay olivos, solo en California, hasta el punto de que apenas cubre el 1% de las necesidades del país.
El aceite de oliva europeo, en general, ha conseguido una imagen que se liga a hábitos alimenticios saludables y se mueve en segmento de consumidor medio, medio-alto, lo que lleva a pensar que tampoco tendría que sufrir en exceso si finalmente se establecen los aranceles porque no hay un sustitutivo en el mercado. El arancel caería sobre el aceite de España, Italia, Portugal, Grecia… todos los grandes productores. Tal vez Turquía y los países del Magreb podrían verse favorecidos y quedarse parte del mercado, compitiendo vía precio, pero habría que verlo.
Incluso algunos operadores españoles estarían estudiando la posibilidad de envasar al menos parte de la producción en Estados Unidos, lo que dice a las claras que las grandes compañías españolas van a pelear palmo a palmo por mantener un mercado que tanto ha costado conquistar.