El psiquiatra y psicoanalista francés, Jacques Lacan, es el autor de la denominada Teoría del Espejo según la cual los seres humanos somos capaces de identificar nuestra propia imagen al verla reflejada frente a un espejo, para reconocernos e incluso manifestar júbilo al hacerlo, durante los primeros meses de vida. Sin embargo, la aplicación de dichos planteamientos a las relaciones sociales provoca toda una serie de reflejos en la personalidad tanto nuestros como del otro que no solo no nos entusiasman sino que nos pueden llegar a desagradar. Quizás por eso viendo el bochornoso espectáculo que el Partido Popular nos está brindando en las últimas horas con la guerra entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, resulte fácil establecer una relación directa entre dichos acontecimientos y la teoría de Lacan.
El caso es que con los populares se suele cumplir el dicho que reza aquello de piensa mal y acertarás. Ya que cuando uno asiste incrédulo a una “voladura controlada” como la que ayer protagonizó la presidenta madrileña con guión de Miguel Ángel Rodríguez, es inevitable pensar aquello otro de, ¿qué estarán tratando de ocultar realmente? Y lo cierto es que a poco que rasquemos en esa fachada mediática de cartón-piedra, descubriremos el verdadero quid de la cuestión no es otro que la corrupción, marca de la casa y ADN del Partido Popular. No todos los días una presidenta autonómica reconoce ante los medios de comunicación que su hermano ha cobrado una comisión millonaria de un contrato que la administración que ella preside ha adjudicado a dedo a un amigo común de la familia, que curiosamente, nunca antes había contratado con dicha administración y aún menos se había dedicado a hacer negocios dentro del sector sanitario.
Sin embargo el auténtico y sorprendente efecto espejo no es el que podamos convenir que se está produciendo en Madrid en esa mafiosa disputa entre Isabel Diaz Ayuso y sus partidarios y Pablo Casado, Teodoro García Egea y la actual cúpula nacional de los populares. Sino el reflejo que a cinco días de unas elecciones a la comunidad de Castilla y León, los acontecimientos han proyectado en la Andalucía de Moreno Bonilla y Elías Bendodo. Ya que han pasado de especular con un más que inminente adelanto electoral, a buscar justo lo contrario y agotar así hasta el último segundo de la legislatura. De modo que, el propio Juanma Moreno pretende hacer creer ahora que le es ajeno todo lo que suceda fuera de nuestras fronteras. Cuando hace justo una semana que se ausentó de un importante pleno sobre el estado del sistema público de salud en nuestra comunidad por acudir a apoyar a Mañueco en la recta final de su campaña electoral.
Pero el cinismo del presidente y su primero de abordo no queda ahí, sino que presa del efecto espejo en el que se encuentra sumido su partido, ahora tratan de restar importancia y minimizar el alcance que el apéndice del “caso mascarillas” ha tenido en la provincia de Almería con la detención del vicepresidente tercero de aquella diputación provincial y miembro de la ejecutiva regional de los populares, Óscar Liria. Al que ahora habría que sumar la implicación del diputado provincial de presidencia, Fernando Giménez Giménez, por el presunto cobro de comisiones por parte de dirigentes de dicho partido tras haberse concedido un contrato de suministro de mascarillas por valor de 2 millones de euros.
Y como no hay dos sin tres, el juzgado de instrucción número 2 de Sevilla, a través de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional se encuentra en pleno proceso de investigación de un exasesor de Jesús Aguirre, Consejero de Salud de la Junta de Andalucía, por un supuesto fraude en la venta de test de antígenos, gracias a la denuncia de un empresario asturiano que fue el que avisó de que un conocido empresario gaditano estaba tratando de llevarse una importante comisión por hacer de falso enlace con la Consejería de Salud.
De hecho, el exalto cargo anteriormente mencionado fue fulminantemente destituido en diciembre de 2020, nada mas destaparse un presunto fraude que ya se ha cobrado tres detenciones. Y como el algodón no engaña, de todo lo anterior no cabe otra que concluir que el efecto espejo nos está mostrando a las claras la realidad de los populares andaluces con respecto a la de su actual cúpula nacional. Y no es otra que, mismo partido, mismo argumentario, mismo comportamiento y mismos resultados. ¡Bienvenidos a la Andalucía de los populares!
Comentarios