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Al parecer, esta es una práctica cada vez más habitual entre los adolescentes madrileños y ya ha supuesto cuatro embarazos no deseados.

A veces la “prensa seria” nos sorprende con titulares sumamente alarmistas y grotescos, que aunque con dos dedos de frente te los puedes tomar incluso a risa, pueden llegar a sorprender a la gente más crédula y susceptible. Quizá pecando de escéptico, yo no me creo lo del juego del muelle o, siendo más específico, no me creo que sea un mal tan epidémico como narra El Mundo.

El juego del muelle consiste en lo siguiente: dos o más chicos se sientan con las piernas abiertas y con los pantalones y calzoncillos bajados, con el pene erecto y sin preservativo. Dos o más chicas, desnudas de cintura para abajo, montan a los chicos y van turnándose cada determinados períodos de tiempo. Pierde el primero en eyacular y gana el que más aguante tenga. Al parecer, esta es una práctica cada vez más habitual entre los adolescentes madrileños y ya ha supuesto cuatro embarazos no deseados entre chicas de 16 años en el pasado 2016.

Desde luego, cabe admitir que la historia tiene ingredientes sugerentes para el imaginario popular. Juegos sexuales entre adolescentes, el factor riesgo de hacerlo sin protección, consecuencias nefastas e incluso parece que circula un vídeo en el que unos imprudentes adolescentes lo juegan bajo los efectos del alcohol.

Hay varias cosas que me chirrían del artículo de marras, como la dramática historia de una chica de 17 años (y con novio) que se quedó embarazada jugando, abortó y que se llevó una gran sorpresa al comprobar lo que podía pasar por practicar sexo sin preservativo. Sorprendente, ni Iker Jiménez podría responder a semejante enigma. Me parece un tanto de chiste que se trate a los adolescentes, precisamente a los de hoy, como seres inocentes e ignorantes que no saben en el planeta que viven; lo que no quita que puedan resultar alocados y descerebrados, ojo. Pero en las últimas décadas se ha prestado información, sobrada y diversa, sobre el uso de los métodos anticonceptivos y las consecuencias derivadas de no hacer uso de ellos. Lo gracioso para mí, insisto, es que se hable de la juventud de una forma tan bondadosa y paternalista, dando por hecho una inocencia que cada vez se va perdiendo antes.

También me parece extraño que en esta época en la que vivimos, la de los virales y la difusión a toda velocidad, el presunto vídeo no haya corrido como la pólvora por Whatsapp u otra aplicación de mensajería. ¿Existe semejante vídeo? Puede que sí, pero dudo mucho que alguien tan insensato para según que cosas, sea tan sensato para según que otras. Y lo cierto es que un vídeo de esas características, es muy propenso a ser divulgado.

Quizá me equivoque, quizá este fenómeno sea real, quizá estemos ante una juventud cada vez más insensata y autodestructiva y nos espere un futuro desolador. O quizá tenga razón en mi apreciación y quizá el artículo sobre el juego del muelle se exceda en lo agorero.

Y yo que lo gozaba en mis años mozos cuando jugaba al Conejo de la suerte o a Beso, deseo o verdad. Madre mía.

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