Amede ha recuperado 147 cuerpos de las fosas comunes de San Fernando. Son 147 personas asesinadas (no hay otra forma de calificar el crimen) por el franquismo, ese revoltijo de militares sin honor y falangistas que actuaron con la complicidad del clero católico y con la impunidad que proporcionaba saber que eran los únicos que tenían las pistolas en esta ciudad y la decisión de usarlas. Impunidad que se mantuvo mientras vivió el dictador y aún después, durante la monarquía parlamentaria que lo sustituyó. Los asesinos de esas 147 personas (los inductores, los ejecutores y los que callaron cara al sol y firme el ademán) han muerto siendo amables abuelitos que jugaban con sus nietos, y así va a seguir siendo porque lo único que se pide aquí es dignidad para sus víctimas, no otra cosa. Seis años ha costado sacarlos de la tierra. Seis años de esfuerzos, desánimos y alegrías. Y, aun así, van a quedar bajo tierra no sabemos cuántos más. Las dificultades técnicas no permiten continuar las exhumaciones. Aun así, buen trabajo. Gracias a todos.
Como remate a los trabajos de Amede, el pasado 29 de septiembre de 2022, el grupo municipal Podemos del Ayuntamiento de San Fernando (en voz de la concejala Teresa Porras) presentó en el pleno una moción pidiendo la construcción en el cementerio de un mausoleo que sirva para dos cosas. Para recordar a las víctimas de la represión franquista en San Fernando y para depositar en él los restos recuperados. Se entiende que es lo mínimo que nosotros podemos hacer. Y cuando digo nosotros me refiero a los ciudadanos de una sociedad con valores democráticos, herederos de una continuidad democrática y no seguidores del franquismo criminal que provocó los muertos que hoy hemos rescatado… es lo que han hecho en otras ciudades, dedicarles un hito, una placa, un muro lleno de nombres, una talla de piedra o metal, algo, lo que sea, que les entregue de nuevo la dignidad y disipe la carga criminal que el franquismo y sus herederos ideológicos les endosaron —por cierto, la moción salió adelante con los votos a favor del PSOE, AxSí y Podemos; la abstención del PP y Cs; y el voto en contra de Vox—.
Pero esto que parece algo tan evidente, no lo es para Vox, herederos confesos de valores y creencias franquistas. Me parece a mí que a los de esta cuerda ideológica no les gusta reconocer que sus mentores políticos fueron simples y vulgares asesinos. Para el concejal Zambrano, las 147 cajas con restos de hombres asesinados no merecen un sitio para reposar dignamente, un rincón donde depositar una rosa de vez en cuando. Dice el señor concejal ─recitando los mantras al uso─ que pedir un mausoleo para esos hombres muertos es usar de forma partidista el sufrimiento provocado por la Guerra Civil, dice que pedir eso es convertirnos en herederos de miedos y odios… que es reescribir la historia e imponer una visión parcial de ella porque, parece ser, la verdadera historia es el relato que hicieron los vencedores, es decir, los fascistas que ganaron aquella guerra, es decir, los mentores de Vox. Sin embargo, aunque le pese al señor concejal, la historia está depositada tozudamente en las 147 cajas. Cada una de ellas es la prueba de un crimen. Cada una contiene huesos que pesan, tienen tacto y hasta huelen a tierra. Y cada gramo de hueso es un gramo de crimen. Cada contacto es un roce de crimen. Cada partícula volátil que te llegue es una partícula de crimen… Y, en consecuencia, ante la inevitabilidad de la existencia de 147 cajas con huesos de personas asesinadas, uno se pregunta, ¿qué haría el concejal Zambrano con ellas? Puede que, según se deduce de los mantras que lanza Vox, prefieran que vuelvan a las cunetas (en este caso, fosas), de donde nunca debieron haber salido, que lo único que hacen es incordiar.
Pues fijaos, tampoco es evidente ─la necesidad de dignificar el recuerdo de las víctimas con un mausoleo─ para el grupo municipal de Ciudadanos, que mantienen una equidistancia incomprensible entre asesinos y asesinados, y otorgan la misma respetabilidad a ambos. La concejala doña Regla Moreno (Cs) desconoce que no es posible construir un mausoleo para homenajear a las víctimas de ambos bandos de la Guerra Civil porque aquí, en San Fernando, no hubo dos bandos. Aquí solo hubo hombres asesinados por militares sublevados y por fascistas. Nadie murió asesinado por defensores de la legalidad republicana o por opositores al Glorioso Movimiento Nacional Salvador de la Patria. Nadie. Ninguna persona de orden y recta moral ─como se designaban a sí mismos─ fue asesinada por motivos políticos en esta ciudad en ese periodo histórico, y aquellos isleños que cayeron luchando por Dios y por la Patria en el frente de batalla tuvieron sus funerales, sus discursos, sus misas, sus homenajes, sus nichos gratuitos y perpetuos, sus placas, sus calles, sus nombres puestos a colegios, su Cruz de los Caídos, etc. Los isleños Caídos por Dios y por la Patria fueron héroes locales reconocidos desde hace muchas décadas, siempre lo han sido… aun hoy día permanecen calles con sus nombres campeando como si fueran ejemplo de algo (¿?) para nuestras generaciones. Esos caídos en combate (la mayoría, hombres que se encontraron por azar en mitad de la vorágine) nunca fueron olvidados ni estuvieron tirados como animales en el fondo de una fosa común, señora Moreno. Si es por eso, tranquila, siempre han disfrutado de honores en una tumba reconocida, limpia y con su nombre grabado en mármol. Es justamente eso lo que se quiere para los demás… solo eso, un lugar donde dejar una rosa de vez en cuando.
Hay que ser un poquito atravesado para negarles un sitio digno donde reposar a los que fueron asesinados por una banda de criminales.