El servicio póstumo de don Cayetano Roldán

La verdadera reconciliación implica dignificar a los que están tirados como animales en las fosas comunes y darles una sepultura digna porque ellos no eran los criminales

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Busto que homenajea a Cayetano Roldán, último alcalde republicano, en La Isla.

Amparado en la impunidad del anonimato. Sabiéndose a salvo. Con la cara cubierta y escupiendo bilis por los ojos de macho cabrío que debe tener este descerebrado o descerebrada. Apestando a sudor y rebozado en heces humanas. Así es como imagino a este sujeto que dice que asesinar a Cayetano Roldán, el último alcalde republicano de San Fernando, es irrelevante; que es como ejecutar cerdos, gallinas o serpientes. Ese es el comentario que hace a la noticia del Diario de Cádiz 'Las pruebas de ADN confirman la identificación de los restos de Cayetano Roldán' . Llevo dos días tratando de digerir esto y tragarme las palabras gruesas que me salen para el tal Cincoplus. Y, no sé, aparte de reportar el abuso y hacer constar el posible delito de odio que podría suponer, ¿qué se puede hacer?

La opinión de este descerebrado no surge espontáneamente. No creo que él solito sea capaz de generar esa opinión. Su delirio es consecuencia del discurso ambiental que le llega a través de los medios de comunicación y de las redes sociales, y que absorbe cada día con más intensidad porque retroalimenta su cerebro reptiliano. Este sujeto, y su pseudo pensamiento, en una consecuencia de la ola de neofascismo a la que estamos a punto de sucumbir.

Cuando dice que ejecutar cerdos, gallinas y serpientes —refiriéndose al asesinato de don Cayetano Roldán— es legal en la actualidad y lo era en 1936, está siendo consecuente con las opiniones perpetradas por políticos de derechas (tanto en el PP como en VOX) y por los voceros que hablan en los medios de la derecha mediática. Esos conceptos, repetidos hasta el hastío, se convierten (para sujetos como Cincoplus) en verdades inapelables sobre las que construir una realidad falsa. El pobrecito no da para más, y como él los hay a millones...

Comentarios a la noticia de Cayetano Roldán

Muchos o pocos -no sé cuántos- estamos hartos de que las derechas de este pobre país denigren a los buscadores de huesos y subvenciones; cansados de que los herederos ideológicos de La Victoria franquista nos digan que hay que dejar que los muertos descansen en paz… y lo dicen porque cada cuerpo que se exhuma es la prueba evidente de un crimen impune que cometieron sus referentes ideológicos, para vergüenza de los que aún la tengan. Y también tratan de confundirnos cuando imploran paternalmente que no conviene abrir viejas heridas y que tenemos que mirar al frente de una vez… ¡Claro que sí! Hay que buscar la concordia, pero no la concordia que dicen desde PP-VOX.

La verdadera reconciliación implica dignificar a los que están tirados como animales en las fosas comunes y darles una sepultura digna porque ellos no eran los criminales. Los criminales (me refiero a los militares sin honor, falangistas sin entrañas y curas sin conciencia) tuvieron la oportunidad de acabar sus días como personas notables, como héroes, o siendo amables abuelitos de bigotito al uso, rodeados de nietos y yendo a misa de doce los domingos y fiestas de guardar… para que la concordia funcione hay que reconocer y nombrar a las víctimas, pero también a los victimarios, es decir, a los que por acción u omisión permitieron el cobarde exterminio de una clase ideológica en España y justificaron esa histórica injusticia que fue la dictadura franquista que, por cierto, sigue impune y amnistiada.

Claro que es posible la concordia, pero esa concordia no puede venir del pensamiento y la sensibilidad de los que piensan como Cincoplus, que se significan ellos solitos, sin complejos, y llegan a decir sin remilgos que enterrar con dignidad a don Cayetano Roldán es recoger basura histórica --¡Sí! ¡Se puede ser así de tonto!-. Para pasar página de una puñetera vez es necesario convencer a esta gente de su desvarío y alcanzar un consenso real, universal y potente: abominar el fascismo puesto que es y supone el fracaso de la civilización que tanto cuesta construir.