Hoy quiero dar visibilidad y protagonismo a un grupo de mujeres del mundo de las artes y el pensamiento en la primera mitad del siglo XX. Este grupo, conocido como las Sinsombrero, pertenece, como sus coetáneos, a la generación del 27, pues coincidieron en el tiempo, en sus ideas y en el trabajo de gran talento y repercusión silenciadas después de la Guerra Civil.
Eran mujeres en la búsqueda de la libertad, en la necesidad de ser tratadas como iguales a los hombres. En ser valoradas por sus trabajos al igual que ellos. Artistas comprometidas con su tiempo, con la realidad social española profundamente tradicional en aquel tiempo.
Ellas ponían la modernidad y la frescura. La intelectualidad y la vanguardia en una España mediocre. En lo artístico les unía mucho más de lo que les separaba. Sus obras tenían una mirada crítica de la vida con propuestas vanguardistas donde se reflejaba lo vivido, pero más aún lo anhelado, todo aquello que ellas querían cambiar para poder equipararse a los hombres como una necesidad, una obligación y un derecho.
De claras influencias surrealistas, eran mujeres extraordinarias talentosas y brillantes en sus trabajos. Tuvieron y gustaron de una formación universitaria, estudiaron en la Academia de Bellas artes de San Fernando y cómo no en la residencia de estudiantes de señoritas, por donde pasó lo más granado de la intelectualidad de España y del extranjero.
Cada una sobresalió en sus campos y diferentes disciplinas artísticas. Eran amigas y participaban en las mismas tertulias con los autores y pensadores de la época, aunque no salían en las fotografías, que sí recogían las reuniones y tertulias de los escritores masculinos. Por ello se las ve poco junto a los autores de su misma generación cuando les movían los mismos intereses y valía profesional.
Estas mujeres en su mayoría venían de familias burguesas y acomodadas, lo que les aportaba el privilegio de vivir en un ambiente cultural donde era habitual la lectura. Es decir tenían el privilegio, a diferencia del resto, de un ambiente donde la cultura estaba siempre presente disfrutando de conciertos, exposiciones, viajes... Y a estudios académicos.
Mujeres artistas, intelectuales que destacaron por su talento y personalidad, como Maruja Mayo, Ángeles Santos, Margarita Manso o la escultora Marga Gil Röesette, entre muchas otras creadoras.
Mujeres silenciadas en la historia que tenemos la suerte de poder leer y estudiar. En próximos artículos de lavozdelsur.es, me dedicaré a la semblanza de estas mujeres transgresoras tan necesarias para completar la historia.