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Ensayo didáctico sobre defensa y rearme de Europa

Europa debe reaccionar solidificando su territorio como una gran nación y estableciendo un rígido control sobre el comercio de armas

28 de marzo de 2025 a las 12:41h
Estados Unidos acaba de anunciar al Boeing F-47 como ganador futuro para sus fuerzas armadas. BOEING
Estados Unidos acaba de anunciar al Boeing F-47 como ganador futuro para sus fuerzas armadas. BOEING

Aunque la información militar desde un punto de vista periodístico suele quedar relegada a un público restringido, conviene la divulgación de información técnica y estratégica especializada para una mayor comprensión y criterio social, especialmente cuando nos vamos a embarcar en un programa colectivo europeo de 800.000 millones de euros a pagar en las próximas décadas. Saber las especificaciones, coste, propiedad y fabricante de los sistemas de armas o las limitaciones de su uso, son elementos cruciales tanto en lo que adquirimos como en lo que vendemos, con mayor interés si de lo que hablamos es de lograr una autosuficiencia en un mundo multipolar que parece considerarnos prescindibles. Europa tiene una industria militar potente y avanzada pero limitada en su producción y en ciertas capacidades, con una diversificación de fabricantes y proyectos que en ocasiones se solapan. Al socio estadounidense lo hemos atendido de manera servil con el uso de bases y la participación sacrificada de tropas para sus intereses y conflictos internacionales, además de comprarle en torno a un 64% de material armamentístico, mientras ellos adquieren prácticamente el 100% a sus propios proveedores, incluso amañando concursos públicos en los que el producto europeo era claramente ganador (Cf. Airbus A330 MRTT frente a los Boeing KC-46).

Como ejemplificación didáctica y botón de muestra veamos la problemática de la renovación de los cazas de combate actuales (que desde los primeros reactores operativos de la Segunda Guerra Mundial vienen siendo clasificados por sus características comunes en torno a “generaciones”), empezando por los aparatos de fabricación europea que son el Eurofighter (consorcio de Alemania, España, Italia y Reino Unido), el Gripen sueco y el Rafale francés, todos con diferentes programas de mejora y versiones o tranche que se catalogan como de generación 4++…esto es, no llegan pero se acercan mucho a una 5ª generación que ya implicaría una capacidad furtiva real y un uso extensivo de integración de información y de conexión en red.

Como nos hemos “saltado” ese nicho o paso intermedio, las opciones para cubrir esta fase son modelos en activo como el Sukhoi Su-57 ruso, el Chengdu J-20 chino, y los norteamericanos Lockheed Martin F-22 Raptor y F-35 Lightning II. Los dos primeros son teóricamente el “enemigo” y presentan incompatibilidades de sistemas asociados y doctrinas operacionales, el tercero no se exporta y el último es el que se ha vendido como rosquillas con la polémica que más abajo se explica. Aunque hay más proyectos todavía en desarrollo o demostradores de tecnología similares (Corea del Sur, India, Turquía…), en estos momentos la lista básicamente sería de tres, reducida al monopolio de uno. Respecto a los futuros cazas de 6ª generación que entrarán en servicio en la década 2035-2045, no aprendemos y el viejo continente se ha vuelto a dividir en dos proyectos: Future Combat Air System (FCAS) de Alemania, Francia y España, y el Global Combat Air Programme (GCAP) de Reino Unido, Italia y Japón. Por supuesto China y Rusia siguen con sus respectivos desarrollos y Estados Unidos acaba de anunciar al Boeing F-47 como ganador futuro para sus fuerzas armadas, con una versión de exportación “reducida” y una lamentable anécdota que ha hecho quetanto la USAF como el propio fabricante le hayan puesto ese número para “honrar” al 47 presidente electo.

¿Problema del F-35? Que los amigos y aliados norteamericanos que ahora nos desprecian sin remilgos, nos venden una millonada con trampa en su mantenimiento y actualización. No es exactamente un kill switch o botón a distancia de parada (John Deere inhabilitó en remoto cosechadoras y tractores robados en Ucrania por las tropas rusas), sino una no optimización de los archivos de datos y programación de misión del aparato, que sin la gestión y “permiso” yanqui, a la larga degradaría o inutilizaría todo el sistema (algo parecido a si nuestro PC sufriera desconfiguraciones sin poder actualizarse).

Por cuestiones obvias, el único país exento de este control parece ser Israel, que hasta tiene una variante propia, el F-35I Adir (traducido “majestuoso-poderoso”). Pese a todo, antes de estos tiempos oscuros se aceptó como óptima la adquisición a granel del susodicho F-35 casi como material homogéneo en el entorno OTAN, estando en proceso de recepción, compra o interés de las fuerzas aéreas de Bélgica, Finlandia, Grecia, Italia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, Suiza, Corea del Sur, Japón, Australia, Singapur o Rumanía (además del país hebreo y evidentemente EEUU), con dudas o revisiones del programa en los casos de Canadá, Dinamarca y Alemania, y con Portugal directamente anunciando su cancelación.

Como se verá hay dos importantes salvedades resistentes…Francia que apuesta por plena autonomía de su tecnología y España con un mareo de la perdiz no concluido, que parece rechazar al “innombrable” en la variante F-35A para sustituir parte de los F-18 y al F-35B para los EAV-8B Harrier II Plus de la novena escuadrilla de la Armada, única opción actual si se quiere mantener un ala fija embarcada, aparte de implementación con drones tipo SIRTAP. Los programas Halcón I y II han ratificado esta postura con la compra de más Eurofighter evolucionados a las últimas versiones. Recordemos que este tipo de venta “capada”, nos pasó factura en el conflicto deSidi Ifni (1957-58), donde a pesar de tener material moderno ya suministrado (F-86 Sabre), hubo que recurrir a vetustos Hispano Aviación HA-1112 (basados en el BF-109 alemán), Junkers-52, CASA 2.111 (derivado del Heinkel He-111), o modificados T-6 Texan de entrenamiento.

La historia se repitió en el conflicto del Sahara Occidental y está claro que hoy en día…caso de hipotético conflicto con nuestro vecino magrebí (que puede optar al F-35), Uncle Sam diría la última palabra sobre qué poder o no usar de lo ya adquirido en nuestra panoplia. Si alguien ve en esto una paranoia, me remito al conflicto de las Malvinas de 1982 y como Reino Unido pidió a Francia la paralización de la entrega a la Armada Argentina de más cazas navales Super Étendard y sus mortíferos Exocet, además de acceder a ciertos datos técnicos esenciales.

Volviendo a los planes de defensa europeos que no son exactamente cristalinos, nos recuerdan a cierto keynesianismo militar y suponen un implícito endeudamiento colectivo para pagar esa cifra astronómica y acabar dedicando el 2, el 3 o el 5% del PIB a defensa. La aportación tiene que salir de algún lado y es acertado advertir que no implique en ningún caso recortes o supresión de lo que nos queda de Estado de Bienestar (se me ocurre que aporten sus gigantescos beneficios la banca, energéticas o grandes fortunas…ya que son tan patriotas). Parece que se apuesta por un ya planteado anteriormente ejército conjunto y un plan de impulso industrial común, pero esperemos que esto no sea una simple patraña de enriquecimiento de accionistas de la industria militar, además de que la autonomía y no dependencia del antiguo aliado se fuerce como prioridad. No hemos empezado todavía y el eslogan ha cambiado ya de “Rearmar Europa” -por belicoso- a “Preparación 2030”, mientras se resalta un curioso mensaje paralelo para tener en casa un kit de supervivencia de 72 horas; me hace mucha gracia la hipocresía política y sus eufemismos e infantilización de la ciudadanía (quizás sea algo realista), pero personalmente prefiero el trato en crudo y directo.

Escuchando la ambigüedad de Mark Rutte como secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (es ese mayordomo fiel a su verdadero señor que regaña a díscolos), quizás es tiempo de finiquitar viejos proyectos que no fueron más que intereses ajenos vendidos como paz y simple colchón transatlántico en el contexto de la Guerra Fría. En el caso de España, pasamos de gritar “bases fuera” a estar integrados en esta alianza desde 1982, con un ajustado referéndum de continuidad en 1986 en una de esas kafkianas metamorfosis de las izquierdas oficiales, y un artículo 5 con serias dudas de cubrir las plazas propias norteafricanas (Hawái parece que también quedaría excluida o en cierto limbo).

En nuestra esfera interna nuestro presidente ha olvidado ya frase propia respecto a que el Ministerio de Defensa “sobra” y vuelve al equilibrismo con sus socios y apoyos de gobierno que deambulan entre el pacifismo de postal y tibieza con Putin (coincidencia con la ultraderecha), la manida recurrencia a la diplomacia y la negociación (de Bildu resulta peculiar), la faca de Junts y PNV al dar aprobación solo si hay inversiones para sus territorios, más la teatral oposición permanente del PP junto a un Vox devocionario que bebe las aguas trumpistas sin pestañear.

Empresas públicas y privadas como Airbus, Navantia, Indra, Gedls Santa Bárbara Sistemas (privatizada por 4 duros por Aznar y ahora intentando ser recuperada), Urovesa, Rheinmetall Expal Munitions, Escribano, ITP Aero, Sapa o Instalaza, esperan una inyección anual de unos 4.000 millones de euros, recordando que antaño y con cierta ocultación pudorosa, parte de los presupuestos se encajaban en el Ministerio de Industria como Programas Especiales de Armamento o Modernización (PEA o PEM), lo que a estas alturas va a ser claramente la vía de implemento del gasto prioritario (ya sin máscaras). No debería haber complejo en asumir que hay partidas mixtas que producen tejido industrial y defensa (desarrollar el A-400M, el vehículo Pizarro o los Submarinos S-80 no salen de la nada), como debe incluirse con luz y taquígrafos todo lo referente a sueldos, jubilaciones o reservistas (acaba de aprobarse 400 millones para subir el salario de los militares).

Si sumamos otros sectores como la ciberseguridad o cuerpos que cumplen funciones paramilitares y de protección civil (Guardia Civil, Servicio de Vigilancia Aduanera, Salvamento Marítimo…), veríamos que el montante de lo destinado a “defensa” lo mismo está cercano a los porcentajes exigidos. Añádase que además de lo que se compra, hay que ver la disponibilidad en misiones en el exterior y ahí me parece que proporcionalmente nos llevamos la palma respecto a otras naciones. Invito a la búsqueda de gráficos gubernamentales oficiales y se comprobará el amplio despliegue vigente de nuestras tropas en Letonia, Estonia, Rumanía, Eslovaquia, Irak, Yibuti, Líbano, Mozambique, Somalia, República Centroafricana, Senegal, Colombia, Golfo de Guinea, Bosnia-Herzegovina o la Antártida.

Abusando de la paciencia del lector y esperando su interesada complicidad, espero completar esta lección temática con un muestrario de precios puntuales en material de defensa, que podrá hacernos ver la gigantesca dimensión de su gasto. En escala ascendente: un proyectil de cañón de 30mm cuesta 150 euros, una mochila ligera táctica 160 euros, una granada rompedora de mortero de 120 mm 500 euros, un casco balístico 556 euros, un monocular de visión nocturna 3.400 euros, un proyectil de artillería Excalibur M982 Guiado GPS 60.000 euros y un misil SPIKE LR Dual 100.000 euros.

Pero hagamos otras cuentas más operativas a partir de la munición estándar de artillería de 155 mm que sale entre 2.000-3.000 euros la unidad (según fluctuación de la demanda), y que por ejemplo en una típica jornada de guerra terrestre en Ucrania, se acaba disparando entre 6.000 y 8.000 proyectiles diarios en todo el frente. Sigamos la espiral (se requiere calculadora), con un carro de combate Leopardo 2E que salió de fábrica a unos 11 millones de euros, con un depósito de 1060 litros y un consumo en carretera de 2,5 l/km (se sube en campo abierto a casi el doble), cargando 42 proyectiles cada uno con precios que van desde los 2.200 euros el de instrucción a 4.700 euros el perforanteAPFSDS-T, todo a su vez multiplicado por 44 carros que es lo que tiene un regimiento acorazado (no añadimos mantenimiento ni instrucción de personal). Como dato extra referencial, el ejército español tiene actualmente 219 Leopardo 2E de línea que se van a modernizar y se comprarán otros 40 Leopard de la versión 2A8.

Otros ejemplos ilustrativos de costes añadiendo consumo y duración: el F-35 tiene un precio de entre 80 y 100 millones US$ (depende de la variante), el coste de la hora de vuelo sale a unos 44.000 US$, lo que con una previsión total de 8.000 horas en toda su vida operativa generaría unos 352 millones US$ de gasto por aparato; un F-16 con postcombustión consume 3.500 kg de combustible en 20 minutos mientras que a crucero normal (Mach 0.8 a 35.000-40.000 pies) se bebe 1.600 kg / 2.000 litros. Un caza tiene una vida útil de entre 6.000 horas-10.000 horas de vuelo que les permite 25-35 años operativos. Algunas aeronaves por buen diseño, mantenimiento y actualización de media vida cumplen 40 o 50 años, sirviendo de ejemplo nuestros EF-18M que empezaron a recibirse en 1986 y mediante el correspondiente Mid-Life Upgrade siguen siendo un buen activo en 2025.

Europa debe reaccionar solidificando su territorio como una gran nación y estableciendo un rígido control sobre el comercio de armas. España se encuentra entre los 10 primeros exportadores mundiales y ha tenido y tiene clientes no saludables como Arabia Saudí (que no sufre merma en los tratos), o Israel con el que se supone no existe ninguna operación de exportación desde el 7 de octubre de 2023, pero del que dependemos importando tecnología avanzada como designadores de aviación, misiles antitanques o el nuevo sistema SILAM de lanzacohetes múltiple en colaboración con Elbit Systems. La lista de material dependiente de Estados Unidos es aún más importante y estratégica, y va desde baterías y misiles antiaéreos, UAV estratégicos, helicópteros navales y de transporte pesado, munición diversa y sofisticados sensores (radar-sistema de combate), esenciales para las fragatas F100 y F110. Solo los países que tengamos las manos limpias de sangre ajena podemos hablar de libertad y derechos humanos, lo que sin duda es un probable problema de rentabilidad pero a cambio es una gran virtud en cuanto a la validez de nuestras acciones en el ejercicio de la defensa legítima.

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