Entre nosotros... (Conversación íntima con mi otro yo)

Sra. Ministra, soy de los que piensan que si se quiere paz habrá que invertir en educación, en valores de cooperación

La ministra de Defensa Margarita Robles saluda a la tripulación del  A400 M. DEFENSA
La ministra de Defensa Margarita Robles saluda a la tripulación del A400 M. DEFENSA

¿En qué mundo vivimos? Es la pregunta que muchos nos estamos haciendo. El contexto que nos ha traído el siglo XXI es cada vez más triste y oscuro. En lugar de huellas de solidaridad y bienestar, nos trae huellas de siembra de odio, condimento esencial para que los fascismos florezcan. 

La gran dificultad está en cambiar el paradigma dictaminado por los dirigentes del imperio yanqui y sus lacayos instalados en la OTAN, esos ministros de defensa (yo cambiaría el término por el de guerra) de la UE  y EE. UU., que se retratan todos los días en el conflicto internacional de esta escalada militarista, cada vez mayor, que nos atormenta. La ciudadanía contempla distintas varas de medir para solucionar los actuales conflictos de guerra más cercanos: Gaza-Israel y Ucrania-Rusia; Netanyahu y Putin. A unos, permisividad y a otros: bloqueos económicos. ¿Para qué sirve la ONU?

Me sorprende la confesión de nuestra ministra de defensa-Margarita Robles- en unas declaraciones a los medios de comunicación que nos dice que “invertir en más armamento es para conquistar la paz, y que además crear empleo”. La paz no se consigue con tambores de guerra y sonidos de cañonazos, sino fumando la pipa de la paz. La paz solo se construye con paz. La “otra paz”, la conseguida tras los bombardeos, es sometimiento a los ganadores. Cada palabra con su significado; O como dirían los antiguos: Cada mochuelo en su olivo.

Sra. Ministra, soy de los que piensan que si se quiere paz habrá que invertir en educación, en valores de cooperación. En la historia está escrito y demostrado que el aumento del militarismo siempre es preludio de guerra. El empleo y el bienestar también se consigue invirtiendo en industrial civil (en sanidad, en tecnologías para que el consumo sea más saludable, en mejoras de las energías renovables, etc. etc.… ¿o no es posible eso?

Usted es una fiel seguidora de la consigna, dictaminada por la OTAN, que hay que destinar como mínimo (que no como máximo) el 2% de PIB  antes del 2029 en militarismo ¿Qué estudios científicos, humanistas e intelectuales avalan semejante decisión? El sentido común nos dicta todo lo contrario. A mayor Paz, mayor confort, lo otro es caminar por sendas de mayor inseguridad, de más conflictos y en definitiva de más muertes, (la historia así lo demuestra), más muertes que se sustentan en la gente del pueblo llano, en la población civil e indefensa. El camino de la seguridad entre los Estados se consigue con distensión, con paciencia, con más diplomacia, buscando la seguridad compartida, con mayor empatía entre los pueblos; en definitiva: cooperación frente a más competitividad. Invertir en educación es sembrar valores de tolerancia, respeto, inclusión, paciencia, generosidad, aceptación de la diversidad. Nos lo decía María Montessori. “Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz, la gente educa para la competición, y esto es el principio de cualquier guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz”. También nos lo dijo Jesús de Nazaret: “amaos los unos a los otros”, que no dijo: amaos los unos sobre los otros. Reflexionemos sobre dichas palabras.

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