Todo empieza leyendo un tuit de @ayozetoledo1: "He visto que suicidio está en tendencias y no he parado de pensar en todas esas personas que se burlaron de mí cuando lo consideré años atrás. Si una persona tiene pensamientos suicidas o te lo comenta directamente, no hagas burla. Siéntate con él y escucha".
Y @cayendohaciati añade: "Yo intenté suicidarme, tomé un bote de pastillas, en el último momento me arrepiento y le pido ayuda a mi hermana mayor, me hicieron un lavado de estómago y cinco años de terapia, a veces lo pienso, lo que estuve a punto de hacer, me hubiera perdido los logros de mis hijos".
Y @cppu04 comenta: "Tampoco le digas lucha, tú puedes, eres fuerte porque en ese momento te sientes una mierda, es mejor decir cuenta conmigo, en qué puedo ayudarte, estamos aquí para ti".
Con palabras de aliento de @MarcelaHerreraR: "Y que busque ayuda profesional. Siempre tomarlo en serio".
Y dice @Isabell74082619: "Es muy importante que se sientan apoyados y escuchados. Por desgracia muchas veces ni siquiera los seres más queridos tienen ni idea de lo mal que lo están pasando por eso no pueden ayudarles".
Y ahí aparecen otras vivencias como las de @consaludmental: "Si estás sufriendo tanto que estás pensando en el #suicidio, o si un ser querido te está verbalizando esta intención te proponemos leer estas recomendaciones antes de tomar una decisión irreversible".
#DíaMundialPrevenciónSuicidio #ConectaConLaVida #HablemosDeSuicidio
Respondiendo @Violeta16574279: "Hola. Mi problema es que mis propios hermanos me han dado la espalda pq dicen que lo que quiero es llamar la atención. Estoy demasiado sola en esto".
Y apunta @agomezgarcia: "Ojalá no existiera el Día de la Prevención del #Suicidio. Ojalá no tuviéramos que prevenir. Evitar. Miles de silencios… de lágrimas… y una muerte cada dos horas".
Y aparece mi referente @UPII_Ciceron: "40 segundos. Una persona fallece en el mundo cada 40 segundo. El #suicidio está entre las 10 primeras causas de muerte en el mundo. 1/100 muertes en el mundo es por #suicidio 250.000 fallecido por suicidio en el mundo tienen menos de 25 años".
(Léelo nuevamente)
Es cierto que casi el 60% de los suicidios en el mundo ocurren en países del sudeste asiático y del pacifico occidental. Pero en Europa preocupa la tendencia al alza.
España está por debajo de la media mundial y europea. Sin embargo, en nuestro país sigue siendo la primera causa de muerte no natural desde 2008. Casi 4.000 personas perdieron su vida en 2020. Once suicidios al día en España. Uno cada dos horas y cuarto. No podemos permitirnos esto como sociedad.
Además de las muertes, al año se registran 70.000 intentos de suicidio. Esto supone una urgencia médica cada 7,5 minutos. Más de 20.000 de ellos tendrán secuelas físicas o psíquicas graves. A lo largo de la vida, hasta dos millones de personas en nuestro país piensan en acabar con sus propias vidas.
La ideación suicida genera mucho dolor y carga de sufrimiento que no podemos cuantificar. La idea de suicidio es un factor de riesgo. Además de esto, el Suicidio deja a 80.000 perdonas devastadas por el dolor.
Son los supervivientes (personas que han perdido a un ser querido por suicidio). El suicidio no finaliza con la muerte. El inmenso dolor se desplaza a la familia. En mi comunidad autónoma, Andalucia, se produce 1 suicidio cada 14 horas.
Asturias, Galicia, País Vasco o Catalunya ejemplos de comunidades autónomas con altas tasas de mortalidad. Conviene saber que hay gran variabilidad entre territorios incluido dentro de provincias. Como país y sociedad "avanzada", no podemos permitir esta realidad.
Los datos son duros, fríos, impactantes. Pero detrás de cada uno de ellos hay vidas. Vidas cargadas de dolor, desesperanza, angustia, soledad y vidas carente de sentido. Si has leído este hilo debes saber que también tú puedes ser agente de prevención, puedes contribuir.
¿Cómo? Protege, cuida, acompaña, muestra disponibilidad y escucha el dolor de las personas que tienes alrededor. No seas indiferente al sufrimiento ajeno.
En este Día Mundial de Prevención del Suicidio mando un fuerte abrazo a todas las personas que han vivido esta terrible realidad, a los supervivientes, a quien no puede desterrar esa idea de la cabeza, a quien ha puesto en peligro su vida por esta crisis.
No estáis solos. No estáis solas. No mires a otro lado. Hablar salva vidas. Escucha, valida sentimientos y anima a pedir ayuda a quien te revele ideas de suicidio. Un abrazo de @UPII_Ciceron
Y añade @JenPrata: "El suicidio es un grave y acuciante problema de salud pública.
-Todos, incluidos tú y yo, podemos ser agentes de prevención.
-Acerquémonos y brindemos nuestra escucha empática, sin juzgar ni invalidar el sufrimiento de quien lo está pasando mal.
Y añade @asprrsam: "El suicidio no finaliza con la muerte. El inmenso dolor se desplaza a la familia".
Y @psicourgencias, gran profesional cuenta un caso, la historia de David: "Un día recibes una llamada y sientes que te rompes en mil pedazos. El castillo de naipes sobre el que has asentado tu vida se tambalea y se derrumba. No es una decisión tuya, eres el daño colateral de quien decidió irse".
Me gustaría ser creyente y saber que un día volveré a ver a mi hermano. Lo primero que haría sería darle un bofetón y luego el abrazo más largo y sincero que jamás hubiera recibido.
Pronto se van a cumplir cinco años desde que decidió irse. En este tiempo, cada paso que he dado ha sido sobre un manto de cristales, pisadas dolorosas que atraviesan todo tu cuerpo y van llenando tu mochila hasta hacerla demasiado pesada.
En esta etapa, he sentido rabia, culpa, odio, comprensión, amor… he pasado por todos los estados posibles que se pueden sentir pero lo que más me ha hecho sufrir ha sido sentirme solo. Quizás busqué ese aislamiento porque no me permitía reír pero también la sociedad, los profesionales a los que acudí, no estaban preparados para acompañar a alguien que ha perdido a un familiar por suicidio.
Solo quería un abrazo, una mano tendida, que me acompañaran en silencio, que me preguntaran que tal estás. Vivimos en un mundo con tantas posibilidades de interactuar, de relacionarnos, de comunicarnos y te sientes solo. ¡Qué paradoja!
Hemos sido educados en un sistema educativo donde se primaba ser el mejor, donde los débiles sufrían, donde las emociones habían sido reprimidas… Las emociones no son malas, al contrario, nos hacen ser humanos. Permitámonos reír, sentir, crear pero también llorar, enfadarnos, sentir tristeza.
No necesitamos pastillas mágicas, decálogos profesionales de psicología de como pasar el duelo, consejos de que bonita es la vida…. Solo necesitamos piel, sentir un abrazo, una conversación sincera, un silencio bonito. Mi travesía me ha devuelto al camino que llevaba el día anterior al suicidio de mi hermano. La herida se ha cicatrizado pero siempre quedará esa marca. Volveré a pisar cristales que me harán llorar pero feliz.
Esta carta es de un superviviente. Cada uno de nosotros vivirá su duelo de manera diferente, con tiempos diferentes, no todos somos iguales. Solo pido a la sociedad, a los profesionales, a los gobernantes que no nos miren diferente, que den visibilidad a esta situación, que financien programas de prevención pero desde la emoción, la solidaridad y la piel. Feliz vida.
Y @andreaoch8 reafirma: "Un poco de empatía le podría salvar la vida. No lo había vivido tan de cerca hasta que me tocó trabajar en un colegio con adolescentes. Esta semana hemos atendido al menos cinco casos de intentos de suicidio, no seamos indiferentes".
Terminamos con @vm_patri: "Hablar del suicidio no es un tema tabú. Hablar de ideaciones suicidas, no es un tema tabú. Hablar de la conducta suicida, no es tabú. Contar las experiencias relacionadas con alguien que se ha suicidado, no es un tema tabú…Dejad de escandalizaros tan fácilmente con esto y escandalizaos por vuestra extraña práctica de escuchar espacios día tras día, horas, de gente que odias, como si fueseis rastreadores para fiscalizarlo absolutamente todo, cuando nos aborrecéis. No es algo tabú, pero sí para una pensadita, ¿no?
El suicidio no es culpa de nadie pero es responsabilidad de todos. No tener prisa, recabar información, escuchar y permitir el desahogo, y sobre todo ganar tiempo, son claves ante una persona en riesgo de suicidio. Y la clave es saber cómo actuar y ayudar a una persona que ha pensado en quitarse la vida, saber cuales son las señales de alarma y tener claro lo que no se debe hacer.
Por tanto, intentar aplazar la decisión, es mucho más realista que intentar quitarle ideas suicidas, además de evitar entrar en una confrontación sobre la legitimidad de su sufrimiento. Junto a ello, es necesario facilitar el desahogo, evaluar el nivel de riesgo y sobre todo no dejar nunca a una persona sola, para quedarnos con la vida. Y además no hacer promesas que no podamos cumplir, sin tener prisa para resolver la situación, sembrando y encontrando puntos de anclaje.
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