Perseguimos lo que no tenemos. Lo que tenemos a veces no lo vemos. Y ya sabemos que lo que no se ve, no existe. Hasta que ese ser o cosa invisible, cambia de lugar porque se mueve o es movido por otro. Tanto si hablamos de personas como de objetos. A lo que voy.
El pasado sábado 8 de marzo se celebró el día de las mujeres. Se trata de una fecha internacional que da visibilidad a las mujeres y a sus reivindicaciones sociales de igualdad. Hay quienes ante la avalancha de celebraciones y manifestaciones, siente un malestar. Si las mujeres ya la tienen ¿qué quieren ahora?
La incultura es un mal extendido y la ignorancia acampa indique. En los últimos tiempos han aumentado las agresiones al personal médico, especialmente a las médicas de atención primaria. Los pacientes deben de pensar que sus propios diagnósticos son los adecuados y que saben más que el médico o la médica que los atiende. Igual pasa con el profesorado. Tanto el colectivo médico como el docente ha perdido autoridad y respeto en los últimos años. La decadencia del sistema sanitario y del educativo en nuestro país es evidente. La ciudadanía está muy disgustada, descontenta, frustrada, limitada. Hace falta personal sanitario y educativo. Si los pilares de la sociedad ( educación y sanidad) son endebles, todo el sistema de derecho caerá por su propio peso. La ciudadanía disgustada canaliza su frustración y rabia con quien puede. Ergo.
Es bueno que el saber se democratice, que salga de sus cuevas académicas, que las personas puedan rellenar sus lagunas al alcance de un clic. Sin embargo, si hay individuos sin formación académica o no la tienen en algunas disciplinas como la medicina, la historia de las mujeres, feminismo, mecánica o fontanería, por citar algunos ejemplos, ¿qué criterio aplicarán para rellenar su ignorancia a la hora de buscar información sobre estos temas o de interpretar lo que sucede a su alrededor?
En la era de la información, la desinformación es una constante. El conocimiento veraz, no ya la VERDAD en mayúscula, sino lo más próximo hecho de perspectivas variadas, de estudios, de objetividad en lo posible, de voluntad de saber ¿Existe?
Ya nadie se confiesa ignorante ni sigue esa máxima por la que Sócrates será conocido y recordado incluso por quienes ni siquiera saben quién es: “Solo sé que no sé nada”. Solo reconociendo la ignorancia es posible salir de ella. Ahora todo el mundo está al mismo nivel: pacientes y médicos, alumnos y profesores. Me pregunto si también ocurre en los hogares cuando se llama al fontanero, al electricista o el técnico del aire . ¿Los dejamos trabajar en paz o les hacemos el trabajo en la creencia de que sabemos tanto como ellos? Lo dudo.
Las mujeres, por el simple hecho de serlo, sufren violaciones, acosos, abusos, tanto en el ámbito doméstico como en el laboral, ciberacosos, feminicidios, salarios más bajos, faltas de acceso a la educación, asistencias sanitarias inadecuadas, tratas, discriminaciones laborales, faltas de libertades sexuales y reproductivas, y un largo etcétera.
Es cierto que en España, tras años de intensas luchas por parte de muchísimas mujeres y apoyadas por muchos hombres, ha aumentado el nivel de igualdad y de derechos. Lo que no significa que se haya conseguido del todo. Pero cuando hablamos de los derechos de las mujeres, nos referimos no solo a las mujeres en España, sino a las mujeres de todo el mundo. Sororidad. Hermandad.
Me estoy acordando de un famoso anuncio de perfume en el que un hombre moreno, maduro, con una gran nariz, muy masculino según la masculinidad clásica patriarcal, montado en una moto de gran cilindrada, la vendía (la moto) a quienes olieran como él, a hombre-hombre. Me imagino que a pura testosterona ¿no? Pero también recuerdo otro anuncio en el que una mujer -mujer montada en una moto, se quitaba el casco, se abría la cremallera de la chaqueta hasta el nacimiento del seno y tras mover la cabellera de izquierda a derecha preguntaba “¿Donde está Jack?” Puro estrógeno. Mitologías…..Aún se cree que las mujeres son de Venus y los hombres de Marte aunque también hay quienes sostienen que es al revés: los hombres son de Venus y las mujeres son de Marte….En realidad, ni uno ni lo otro. Las mujeres y los hombres somos cada cual de nuestra madre y de nuestro padre….
El caso es que los estereotiposdegénero acampan por doquier, que la sociedad se está polarizando, que las polémicas están a la orden del día y que seguimos perdidos en la traducción…..Que los males no desaparecen, que sigue haciendo falta mucha inversión en valores, en educación, en cultura. Al avance técnico le hace falta un avance moral. Estamos estancados y enfanganados en discusiones que no llevan a ninguna porque no hay voluntad de dialogar, de aprender, de escuchar con atención. Cada cual arrima el ascua a su sardina, nos parapetamos en nuestras convicciones y nos cerramos a los argumentos que ponen en duda nuestras creencias más arraigadas. Los problemas existen por más que hundamos la cabeza en el estercolero, perdón, la tierra, como las avestruces. El problema de la desigualdad es real. Existe. Lo vemos tanto en los micro como en los macromachismos. Aquí y acullá.
El feminismo no defiende la superioridad de la mujeres sino sus derechos a ser libres e iguales a los varones con quienes comparten el mundo que habitan. “Las feministas no atacamos a los hombres” escuché decir el otro día en la radio. “Tenemos maridos e hijos y solo reclamamos lo que nos pertenece.”. Algo tan simple y tan contundente. Más claro, el water del que hablaba Bruce Lee….. Las feministas, a las que muchos denominan “feminazis” incluidos algunos sacerdotes que coordinan parroquias y que en sus homilías hacen chistes sobre suegras y aprovechan las misas para vilipendiar a quienes osan poner en duda la pertinencia de las normas divinas patriarcales, no somos el enemigo. Somos, como ya sabemos, más de la mitad de la humanidad, y para bien o para mal, tenemos las mismas necesidades que la otra parte de la especie homo sapiens sapiens…...Estamos ahí, no somos “las otras”. Somos y estamos. Y una aclaración: se puede ser feminista y varón. El feminismo defiende derechos. Y necesita de mujeres y de hombres.
Las y los feministas somos conscientes de la desigualdad histórica y de la injusticia que aún existe, no ya solo en nuestro avanzado país, sino en otros países menos desarrollados económicamente, en los que por el hecho de ser mujeres, te lapidan, te dan de comer menos, te quitan la palabra en el espacio público, te oculten el rostro, te golpean, te violan, te matan, te secuestran, te venden, te casan. No podemos ni debemos olvidar que en otros lugares del planeta, las mujeres y las niñas son víctimas de una violencia de género brutal. Véase por ejemplo Afganistán, India, Somalia, República democrática del Congo, Arabia Saudí, Yemen, Nigeria, Pakistán, Uganda, Honduras, República Centroafricana, Argentina, Irak, México, Venezuela, Dinamarca, Finlandia, Estados Unidos…. Han leído bien. Finlandia, con ese sistema educativo tan desarrollado ¿Está también en la lista negra? SÍ. Motivos. Búsquenlos en google. Está a un clic de nada. Y Argentina, Dinamarca, no lo olviden.
Ah, una cosita más. El “eterno femenino” no existe. No existe una esencia universal mujer. Las mujeres somos diversas y estamos sujetas al devenir histórico. La mujer fatal , otro estereotipo propio de la novela y del cine negros, tampoco existe. Huyamos de los clichés en blanco y negro y profundicemos un poco. Como dice AmeliaValcárcel, también las mujeres tenemos derecho al mal. Como Tutti il mondo. Por más que nos pese.