Esta es la canción de un viaje en coche, una expedición de alto nivel. Aunque, teniendo en cuenta que mezcla cosas muy distintas, sería, tal y como dicen en Califato ¾, un buen rebujo. Todo empieza el viernes a las 2:30 de la tarde, al límite de la hora de comer. Hasta las 7:00 que abrían las puertas del Mosto Festival todavía faltaba un buen puñado de horas, así que la tarde podría haber transcurrido tranquilamente con la mayor calma. Pero entonces, me llegó un mensaje con una misión a vida o muerte. Tenía que recoger de la sede provincial del PSOE de Cádiz a las cinco de la tarde las papeletas y documentación de las primarias federales de JSE que se celebraban este domingo. Si bien, aunque el tiempo fuese ajustado no parecía una tarea complicada, el panorama cambiaba por completo si se tenía en cuenta que los obreros del metal habían cortado el puente de La Pepa por la mañana y estaba previsto que lo volvieran a intentar.
Antes de salir la cosa se puso aún más seria, no solo debía recoger el material para Jerez, de mi acabaron dependiendo seis de los siete centros de votación, anecdóticamente Cádiz capital incluido. De vuelta, tenía que parar en El Puerto a entregar lo de allí y lo de Sanlúcar, así que le pedí a Claudia que viniese de copiloto para tener a alguien que pudiera coger el teléfono. Pillamos carretera, y a pesar de que en la televisión pusieran a Cádiz como zona de guerra, cuando entramos no encontramos el más mínimo destrozo salvo una pintada. Aparcamos en San Antonio. Aquí fue cuando aquella tarea simple que consistía en entrar en la sede provincial, recoger seis paquetes y salir huyendo antes de los piquetes se terminó de complicar.
Lo que había llegado por correo certificado desde Ferraz era una caja no muy distinta a las que usan ahora para enviar chuletones gourmet envasados al vacío. Dentro estaba el material de toda la provincia sin separar e iba bastante justo. Había aproximadamente 150 papeletas de cada, lo que impedía dividirlo a ojo en siete y salir huyendo. Los siete centros tampoco tenían el mismo número de electores y por si fuera poco faltaba el censo y no sabíamos cuanto correspondía a cada uno. Tuvimos que llamar para pedir los totales de cada centro de votación y entonces fue cuando Claudia, el secretario general de San Fernando, el señor que nos abrió la sede y yo empezamos a contar papeletas y a dividirlas, para luego separarlo en sobres tamaño folio. Aquel panorama nos costó 40 minutos y 1,55 euros en el parking. Una vez dividido, salimos por patas.
Lo épico hubiera sido que justo después de pasar el puente de la Pepa hubiese aparecido una cortina de huelguistas, o que ya estuviese el piquete y que la única forma de atravesarlo hubiese sido quitarle a alguien una bandera del sindicato y ondearla desde la ventanilla del copiloto. Sin embargo, salimos de Cádiz sin el menor problema a las 6:00. De todas formas, Spielberg ya está preparando una versión cinematográfica de este artículo con el segundo de los dos finales anteriores. De todas formas, toda esta historia ha sido culpablemente teatralizada, nosotros sabíamos que el intento de piquete no iba a ser hasta las 7 y que nos daría tiempo de sobra de salir si cumplíamos con la hora.
Al final nos dio tiempo hasta de merendar antes del Mosto Festival. Allí, después de que Califato ¾ dijese que qué bonita está la bahía cuando arde, llegué a la conclusión de que la televisión y Twitter últimamente están demasiado catastrofistas. El sábado le entregué su material a los del campo de Gibraltar que habían venido con motivo de la feria del deporte y el domingo la jornada de votación transcurrió sin incidentes más allá de la resaca post festival con after en el Buda. Poco más que decir que fuerza a los obreros del metal, a la organización del Mosto Festival que muy bien, y dar la enhorabuena a Víctor Camino. La JSE no podría estar en mejores manos, así merece la pena esta pequeña contribución al proceso.