Cinco céntimos

Una moneda de cinco céntimos en el suelo, de dos o incluso uno, es equivalente a tantas latas que diariamente se arrojan al callejero

Iván Casero

Ingeniero de Montes.

Monedas de cinco céntimos.
Monedas de cinco céntimos.

Valor numismático frente al precio de mercado, con su material de aleación de cobre. Tirar monedas de curso legal al suelo está prohibido, aunque algunos piensen que son despreciable en especial céntimos, al poder hacer poco con ellas. 

El ahorro en forma de hucha está dificultado en un mundo tecnológico, donde es imposible ingresar monedas en cajeros automáticos 24 horas, y las máquinas de cambio accesibles en algunas galerías comerciales te cobran un significativo peaje Tan sólo gratuitamente en las oficinas del Banco de España, en horario laboral, puedes canjearlo por billetes, sin necesidad de cuenta bancaria. 

En el 1991 en Nueva York un hombre sin hogar, de la calle, al ver la lata que llevaba, me preguntó si estaba vacía para dársela. Una inmensa red le precedía llena de miles de envases metálicos, valorada cada una en cinco centavos de dólar americano, a la entrega en un establecimiento colaborador en su reciclaje. Por normativa local, era muy improbable el ver el residuo más habitual hoy en día en parques, aceras o calzadas. 

En 2024 en Dinamarca te reintegran 1 corona danesa, equivalente a más de 10 céntimos de euro, por cada envase hecho de hojalata, reciclando el 92% de lo generado (2019), uno de las mejores ratios del mundo.

Una moneda de cinco céntimos en el suelo, de dos o incluso uno, es equivalente a tantas latas que diariamente se arrojan al callejero, sin deparar en la salud, educación ante generaciones futuras, imagen, presupuestos locales in crescendo siempre insuficientes, e insatisfacción ciudadana ante uno de los primeros problemas de nuestra sociedad. Nadie tira envases en su casa a la solería, caiga donde caiga, ¿por qué en la calle tenemos las manos de trapo o la memoria tan frágil?

Pude leer en un kiosco un cartel donde informaba que sólo se aceptaban pagos en metálico, para no depender de que hubiera luz, del funcionamiento del terminal bancario, manteniendo la privacidad del comprador, siendo método seguro e inclusivo, rápido, permitiendo control de gasto, de curso legal, libre y autónomo. Por cierto quemar billetes de curso legal está también prohibido.

Recuperar el simbolismo de la moneda de cinco céntimos, con su valor económico, asociado al estímulo del reciclaje de la lata aquí, movilice conciencias y bolsillos, en pro de pueblos y ciudades limpias.

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