Realizamos acciones cotidianas que provocan calentamientos localizados y globales, siendo hoy en día su mitigación, y ¿por qué no su compensación? una obligación personal, de empresas y de administraciones, frente al Cambio Climático.
Desiertos, terrenos agrícolas totalmente laboreados, dejando la tierra sin cubierta vegetal alguna, esos edificios oscuros llenos de cristales y con grandes calderas, esas calles, carreteras, autopistas y autovías de asfalto, absorben cada vez más calor- mayor número de horas de radiación solar por menos periodos de lluvias - desprendiéndolo paulatinamente, y junto a actividades industriales y de movilidad terrestre y marítima basada en combustibles fósiles, incrementan la temperatura ambiente diurna y nocturna.
Plantamos árboles para compensar nuestra huella de carbono, fijación de CO2 atmosférico a través de esas hojas, el mejor parasol de esos rayos solares que quieren freírnos, siendo muy noticiable y receptivo por la ciudadanía.
Compensar es sinónimo de equilibrar e igualar, y temperatura de calor, frio y grados, sin embargo, también de fiebre, calentura e hipotermia, deseo que no lleguemos a enfermar por no saber actuar en consecuencia. “Nueve meses de invierno y tres de infierno” ya pasó a la historia de los refranes, y “El día que hace calor, te cansas un montón” parece que va a ser la tónica habitual.
El agua del mar se calienta y nuestra temperatura media ambiente también. Medidas como paredes encaladas - arquitectura sostenible -, calles adoquinadas y bicicletas por todos lados - movilidad sostenible -, agricultura certificada ecológica por CAAE y energías renovables son obligadas y necesarias, cada uno en su parcela, todas ellas estratégicas.
Recuperar lagunas litorales, eliminación de invasoras como caña común, compensar agua, recargar acuíferos y mitigar temperaturas extremas, incluso sin agua – recuerdo un veintidós de agosto de 2017 que en una laguna totalmente seca el termómetro marcaba 22 C menos que la temperatura del suelo - nos encontramos ante acciones ambientales cuantificables.
Cultura del agua y ecosistemas acuáticos, para diseñar, ejecutar y disfrutar de una vida al aire libre, y para los mosquitos, lucha biológica mediante nidos de aves insectívoras y estructuras aisladas para murciélagos, sin ir más lejos la malaria acabaron con ella hace un siglo con ayuda de estos en EEUU.
Humedales, uno de los principales ecosistemas según ONU para hacer frente y mitigar el Cambio Climático, en especial como regulador de temperatura, cabe recordar llegado este punto el triángulo del fuego, consistente en 0xigeno, Combustible y Temperatura. La Compensación de Temperatura ya empezaremos a exigirla próximamente y a demandar su implementación, sencillamente para no tener que emigrar de la tierra, donde nacimos y queremos seguir viviendo.
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