Hay palabras cuya raíz o etimología parecen lo que no es. "Duda o recelo inquietantes para la conciencia sobre si algo es bueno o se debe hacer desde un punto de vista moral" es la definición de escrúpulo y de ahí escrupuloso, como el tocar a nuestro doméstico felino.
No hay una especie, tras el ser humano, que más animales y especies haya matado. Si fuera del tamaño de un tigre, o habría personas o gatos, pero incompatibles.
Un gato montés es esquivo, solitario, comedido en movimientos y una joya del monte mediterráneo, en cambio uno doméstico, asilvestrado fruto del abandono, se busca la vida aniquilando cualquier forma de vida nutritiva desde lagartijas, salamanquesas, lagartos ocelados, culebras, y cualquier cría como perdigones, codornices, gazapos o pajaritos.
Son de carácter nocturno, y junto a meloncillos, zorros — últimamente con sarna — jabalíes, cabras montesas y ciervos, sin olvidar las exóticas invasoras, están modificando nuestra fauna más cercana de nuestro medio rural y nos quedamos mirando sin más.
Pagaremos a funcionarios para controlar sus poblaciones callejeras y rurales, pero desgraciadamente estos animales no tienen horarios. A este ritmo sólo una peste o enfermedad regulará sus poblaciones, ya que no somos capaces de ver que lobo, búho real y lince son los que ponen a estos en su sitio.
Los 5,8 millones de gatos existentes en 2021, según los fabricantes nacionales de comida de mascotas, y tendencia creciente en nuestros hogares nos tiene que hacer reflexionar y dialogar seriamente. Recuerda que cuando a tu gato no veas, está haciendo de las suyas y el matar lo lleva por instinto natural.
Restringir su movilidad especialmente por la noche, puesta de collares llamativos y reflectantes y la información con estudios científicos en nuestra naturaleza para asunción de responsabilidad por parte de propietarios que los definen como inofensivos, son sugerencias para del debate.
¿Por qué nunca viste un número de gatos en un circo? Como en el cencerro, el badajo, veremos quién le pone el cascabel, lógicamente para que suene con su escrupulillo de metal o madera correspondiente.
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