La investigación básica es el motor de desarrollo, ampliando el conocimiento científico, sin perseguir, en principio, ninguna aplicación práctica. La específica viene a continuación.
En países avanzados es la inversión pública la que lidera y soporta la innovación, si bien su desarrollo y aplicación práctica corresponde a la iniciativa privada. Los impuestos bien gestionados son necesarios.
Para evaluar, siempre hay que establecer una comparación con respecto al estado 0 o normal. El número de variables a estudiar incrementan exponencialmente las derivadas, llegando a poder hacerla inabordable o inviable actualmente.
Es aquí donde la vida del investigador -efímera- puede encontrarse ante el desconocimiento científico, por falta de estudios o medios adecuados, y establezca ese inicio como el natural.
Si recordamos especialmente nuestra etapa infantil -incluso al maldito Alzheimer le cuesta derrotar esa memoria-, difícilmente podremos valorar lo que no hemos tenido posibilidad de vivir.
El nivel de biodiversidad que nos rodea pasa por esta paradoja, y sólo los mayores recuerdan más bichos en el campo y ciudad. Ellos sí quieren que sus nietos sepan lo que es un grillo, saltamontes o identificar por el canto a un verderón.
No pensemos que el estado actual suele ser el normal, pues puede que estemos cometiendo un error fatal. Investiguemos, preguntemos y comuniquemos.