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La malva no está loca

Es necesario instar a nuestras conciencias sabiendo que en 2020 los hogares españoles tiraron a la basura más de 1.300 millones de kilos de alimentos

26 de marzo de 2025 a las 10:19h
La malva no está loca.
La malva no está loca.

Un centímetro de nuestro suelo tarda entre 200-400 años en formarse, siendo en humedales donde más rápido se genera aun necesitando más de un siglo. Su cuidado y conservación, un acto de responsabilidad de todos incluyendo administraciones públicas, celebrando cada 5 de diciembre el Día Mundial del Suelo por designación de la ONU.

El saber cuidar sosteniblemente, midiéndolos, monitoreándolos y gestionándolos, podría producir hasta un 58% más de alimentos, para satisfacer el 60% de incremento de la población mundial prevista para 2050 según Naciones Unidas. Es necesario instar a nuestras conciencias sabiendo que en 2020 los hogares españoles tiraron a la basura más de 1.300 millones de kilos de alimentos, una media de 31 kilos por persona. El Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS 12.3 establece en concreto la aspiración de “reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha”.

Antonio cuida con esmero su cubierta vegetal entre naranjos con certificado ecológico. No hay encharcamientos a pesar de la concentración de lluvia del mes de marzo, recarga acuíferos, y en períodos de sequía permite que la humedad ambiente se conserve en el suelo, beneficiando el cultivo. Tiene obsesión con lograr el incremento de materia orgánica edafológica, cuna y origen de la fertilidad vegetal.

Tiene una especial atención por las malvas, de grandes hojas, altura sobresaliente y llamativas flores lilas. Para él, la mayor importancia radica en sus raíces capaces de profundizar más de dos metros en el suelo, generando un tránsito de nutrientes al fondo, y galerías de filtración para el agua, organismos, llevando la vida a esas profundidades. “Con un huerto y un malvar hay medicinas para el hogar”.

Ver nuestros arroyos y ríos marrones, con cauces colmatados de suelo fértil, por mala praxis de manejo del territorio, es un paso más hacia la esterilidad del desierto. Un despilfarro que no podemos tolerar, nadie sale beneficiado y muchos perjudicados, basta recordar que la malva no está loca.

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