En nuestro planeta Tierra, la fotosíntesis marca nuestras vidas, la fijación del CO2 atmosférico visualizada en forma de materia orgánica verde. Algas y plantas también tienen su ciclo temporal, nacer, crecer, reproducirse y morir.
Estos restos de celulosa y lignina se degradan en ambientes acuáticos, gracias en gran parte al mosquito, concretamente a sus larvas, comiendo hojas en descomposición, liberando nitrógeno para su asimilación por plantas. Sin ellas, no habría viabilidad.
Una hembra fecundada, tras necesitar sangre para dotar de proteínas su procreación, es capaz de poner 1.000 huevos en diferentes puestas, viviendo semanas. Los machos sólo una y no pican. Los huevos en contacto con agua eclosionan - ambiente acuoso del plato de macetas, piscinas dejadas y vertederos de neumáticos suficiente en caso de mosquito tigre -, desarrollándose las larvas en 2-5 días a adulto.
Los adultos se alimentan de néctar de plantas, polinizando muchas flores y cultivos que nos rodean. Sólo las hembras que tienen que poner huevos, necesitan sangre, picando a aves y mamíferos, excepto mosquito tigre exclusivamente a humanos.
En charcas, lagunas y arroyos existen peces, anfibios e insectos, como renacuajos y libélulas que se atiborran de larvas, destacando la gambusia y el fúndulo, peces de origen exótico, introducidos en 1921 y 1970 en las marismas de Doñana, para el control de mosquitos.
La lucha biológica complementaria a través del fomento de aves insectívoras y de murciélagos, sin olvidar las salamanquesas, dotándoles fundamentalmente de refugios, configuran un frente muy efectivo basado en la biodiversidad, ante esta base de la cadena trófica. Un murciélago come 55 kg de mosquitos al año en horario nocturno, junto a vencejos, golondrinas y aviones zapadores durante el día, constituyen herramientas sin costes de mantenimiento. Creer en la Ciencia es futuro, investigar poder entender e indicadores de biodiversidad, su correcto seguimiento.
Usar ropa blanca, cubrir tobillos y muñecas, higiene evitando sudor seco, y untarse aceite de citronela, medidas de índole personal. Plantas aromáticas como dama de noche, albahaca, malva o jazmín en terrazas y patios, evitar recipientes con agua estancada o agregarles unas gotas de lejía, un ventilador en el techo ahuyentando con corrientes de aire los mosquitos y además refrescando, instalación de mosquiteras impidiendo el paso físico en ventanas, el matamoscas de palmito muy efectivo una vez posados y una mascota ave o mamífero como escudo humano, a implementar en el hogar.
Los incendios forestales se apagan en invierno, y el control de los mosquitos camino de la primavera también, con tratamiento de larvas a base de bacterias Bacillus thuringiensis, inocuas para el ser humano, frente a plaguicidas tóxicos de dudosa efectividad de choque y con graves efectos colaterales, por la deriva de vientos y afección a la cadena trófica.
Ante la supuesta garantía de “fumigar por la noche”, señalar que los productos químicos en ambientes acuáticos no tienen fronteras ni líneas rojas, su permeabilidad es total y hacen más daño que beneficios, eliminando la fauna depredadora necesaria mucho antes que al último mosquito.