Nos encontramos ante una fase de transición (2021-2022), para pasar de la PAC actual (2015-2020) a otra Nueva (2023-2027). En ella se están viviendo situaciones de mucho interés mediático debido a los enfrentamientos que se están produciendo entre algunas Comunidades Autónomas y el Ministerio de Agricultura, para adjudicar un nuevo valor a parte de los Derechos de Pago Básico; y continuar con la convergencia interna de estos Derechos, dentro de cada región. Resulta bastante llamativo la confusión existente, porque solo se conoce la opinión de los productores que saben ya o sospechan que van a perder parte del valor de sus Derechos (llamados históricos por antiguos) pero, desgraciadamente, no se conoce bien la opinión de aquellos productores que teóricamente van a salir beneficiados en ese nuevo reparto; ya que es lógico que cuando se produce una actualización del reparto del valor de los Derechos, si hay alguien que pierde, siempre tiene que haber otros que ganen. Por eso, nos debemos preguntar ¿cuántos son los perjudicados y cuántos los beneficiados?
Consideramos muy importante conocer estos datos porque cuando la señora Consejera de Agricultura hace declaraciones, refiriéndose al Manifiesto elaborado por la Junta de Andalucía y refrendado por las Organizaciones Profesionales y Cooperativas, casi siempre termina diciendo que “se perjudican todos los agricultores y ganaderos de Andalucía”, y esto simplemente no es posible.
Habrá muchos que saldrán beneficiados. Pero lo grave sería para la Institución que estos no se sientan representados en esas declaraciones. Debido a esta causa, y a que la situación se presenta bastante confusa para buen número de productores, desde la Fundación Savia, vamos a intentar poner nuestro granito para ayudar a aclarar algo sobre este cambio, pensando especialmente en los ganaderos de extensivo que son los que más nos preguntan:
1. Creemos sinceramente que los ganaderos de extensivo, que son muchos profesionales con explotaciones familiares, que viven con muchas dificultades en los pueblos cada vez más vacíos de gente de nuestras sierras, van a salir beneficiados con esta convergencia interna. Es casi imposible que puedan quedar en peor situación que la que ahora tienen. Puede ser que algunos, “por razones muy especiales”, pierdan parte de las Ayudas que reciben por hectárea de Pastos, pero serán muy pocos (1-2 %) y siempre servirá para mejorar a la inmensa mayoría (80-90 %). Pero, desde luego, los pocos que puedan ver bajar sus Ayudas, nunca lo harían por debajo del valor del Derecho de Pago Básico, que vienen sufriendo desde hace años los más perjudicados de su Región.
Confiamos en que cualquier operación de convergencia que se haga con los Pastos de ganaderos de extensivo, sirva para cortar la sangría de los abandonos que durante décadas se han producido en este sector, en el que muchos miles de ganaderos ya han tenido que abandonar el campo y sus explotaciones de ganado por falta de rentabilidad. Solo en el año 2018 se han abandonado más de 600.000 hectáreas de Pastos en España. Estamos en el 4,3% de pérdida anual de Pastos, cuando la Unión Europea nos tiene puesto el límite de pérdida en el 5%. No se puede seguir por este camino, se rectifica o corremos serio riesgo de penalización en las Ayudas que llegan desde Bruselas (PAC). Sin olvidar que los pastos abandonados (no comidos por el ganado) sirven de materia combustible para los incendios (4,2 millones de hectáreas ardidas desde que en España se empezó a aplicar la PAC), y sabiendo que el 74% de los incendios se producen en terrenos ganaderos abandonados.
2. Estamos firmemente convencidos de que este periodo de transición es solo el inicio de un proceso de cambio de la PAC (2023-2027) hacia un horizonte agrario europeo mucho más esperanzador para la ganadería extensiva, donde se va a primar especialmente los excepcionales valores medioambientales de nuestras dehesas, pastos y ganado autóctono. Se abre, por tanto, una puerta a la esperanza para que el pastoreo reconstituyente salga de la marginación a la que está sometido en la actualidad y, por fin, se le reconozca por la sociedad, y se le valore económicamente los muchos Servicios Públicos que hasta ahora están prestando gratuitamente los ganaderos de extensivo (protección del medio ambiente, prevención del fuego, incremento de la biodiversidad, conservación del suelo, protección del bienestar de los animales, amortiguación del cambio climático, mantenimiento de puestos de trabajo y fijación de la población rural).
La ganadería extensiva está llamada a jugar un papel muy importante en la Nueva PAC (2023-2027), en la que los objetivos medioambientales van a ser claves para cumplir con las exigencias que obliga el Acuerdo de París (2015), y muy especialmente el Pacto Verde Europeo (2020) y sus estrategias De la Granja a la Mesa y Biodiversidad 2030.
3. Tenemos la firme convicción de que no es posible seguir manteniendo en España las 50 Regiones agrarias actuales, creadas artificialmente alrededor del valor de unos Derechos Históricos (basados en unas producciones, de hace más de 20 años). Regiones que, además, se crearon con la finalidad evitar el auténtico proceso de convergencia interna que iba buscando la PAC (2015-2020) para todos los estados miembros de la UE. La ingeniería de interpretación legislativa que España diseñó para diseccionar el Reglamento Europeo 1307/2013, que establece las normas sobre distribución de los Pagos Directos, creemos que no va a ser posible volver a repetirla con la Nueva PAC (2023-2027), ya que los demás estados miembros o bien han convergido ya en una sola región (caso de Alemania), o bien tienen dos Regiones (caso de Francia), o como máximo mantiene tres Regiones (caso de Grecia).
Basta un simple ejemplo para argumentar, en favor de los ganaderos de extensivo, que los Pastos (lugar en el que se alimenta el ganado) no pueden seguir siendo el comodín de manejo opaco, que hasta ahora le han servido a España, para mantener 50 incomprensibles Regiones y unos injustos Derechos Históricos, como se puede observar analizando los datos hechos públicos hace unos días por parte del Ministerio de Agricultura (Secretaría General), en los que como indicador relevante aparece lo siguiente:
La Región 0103 es sólo de Pastos. Esta Región tiene más de 1,6 millones de hectáreas (1.602.739,5 hectáreas), y representa el 38% de todos los Pastos que existen hoy en España con Derechos de Pago Básico. El valor medio de cada uno de estos Derechos es de 60,39 €/hectárea admisible (el valor más bajo de las 50 Regiones). Los ganaderos de esta Región tienen de media 71,5 hectáreas (nada de miles de hectáreas como se dice), y cobran anualmente de media 4.317 € por cada beneficiario. Invitamos a cualquier lector a que reflexione si partiendo de la base de este reparto de Ayudas a la Renta (PAC) para los ganaderos de extensivo, es posible que sigan manteniendo, en condiciones adecuadas, a nuestras dehesas, pastos y ganados en las sierras y montañas, y viviendo en pueblos semiabandonados (despoblados).
Pero, además, para profundizar en el conocimiento de esta injusticia, es que se pueda estar dando el caso, dentro de esta misma Región 0103, que hayan algún ganadero que este recibiendo 0,07 €/hectárea, y que haya otro ganadero que con 1 sola hectárea esté cobrando 13.926 €. Como es fácil comprender, no se puede seguir así. Ahora hay que hacer un trabajo de convergencia justo. El mismo o muy parecido al que tienen ya hecho los demás países miembro (año 2019), y que nosotros vamos a prolongar hasta 7 años más (año 2027).
Por tanto, pensamos que ha llegado la hora de que España extraiga del baúl de los recuerdos a una de sus joyas más preciadas (ganadería extensiva), y elimine el auténtico cajón desastre que, hasta ahora, ha constituido con los Pastos, para justificar una regionalización agraria que no se puede decir que sea un ejemplo para Europa, de respeto a los “criterios objetivos y no discriminatorios” en los que se sustenta en Régimen de Pago Básico (Art. 23 del Reglamento 1207/2013).
Terminamos poniendo textualmente lo que dice el Informe del FEGA del año 2019, “el papel de los Pastos Permanentes es de especial relevancia en el medio ambiente dado su carácter de secuestradores de carbono y sus beneficios en relación con la lucha contra el cambio climático” (Pag 9).
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