EDITORIAL. A sus gloriosos 86 años, en activa y fresca ancianidad, Manuel Morao es un Honor para Jerez.
Hoy, sábado 18 de junio de 2016, recibe Manuel Morao un reconocimiento largamente merecido y también largamente postergado: el nombramiento de Hijo Predilecto de Jerez. Este es un acto de gran valor simbólico, pues supone el reconocimiento a un gran artista flamenco, pero también a un gitano defensor como pocos de la tradición y cultura gitanas. Felicidades al artista y maestro de artistas, y también al Consistorio de Jerez, que finalmente ha realizado este acto de justicia con Manuel Morao y con el arte gitano andaluz.
Manuel Morao, que cumplirá en unos días 87 años, nació en 1929, en la calle Nueva, lugar nuclear del arte flamenco, donde el cante y el baile eran entonces parte de los corrillos de juegos infantiles, y —en sus palabras— "este cante gitano es para nosotros vida, es como el aire que respiramos". Allí, entre juegos y fiestas familiares, conocerá el cante y el baile, y pocos años más tarde, aún niño, en la barbería de Don Guindo, conocerá por primera vez la guitarra. Vendrán después sus clases con el gran Javier Molina, y un larguísimo e ininterrumpido caminar por veladas, ferias, tabancos, colmados, fiestas privadas, y después por los grandes escenarios del mundo entero. Manuel ha tocado a los grandes mitos vivos del flamenco, que alcanzó a conocer: la Niña de los Peines, Tomás... durante muchos años tocó para Manolo Caracol, y también para Antonio Maiirena, y trabajó en la Compañía de Antonio el Bailarín, desde EEUU a Japón, desde Rusia a Argentina, y por toda Europa. También participó en numerosas películas, acompañando a Lola Flores, Manolo Caracol, Antonio, entre otros.
Vuelto a Jerez en 1964, la obra de Manuel se centró en la promoción de nuevos valores del flamenco de Jerez: con sus muy diversas iniciativas, desde los Jueves Flamencos y los Viernes Flamencos a España y Jerez, Jerez por el mundo... contribuyó a formar las nuevas generaciones del cante, el toque y el baile de Jerez. Son innumerables los artistas que pasaron —algunos desde muy niños— por sus espectáculos. De ahí surgieron nombres como José Mercé, la Macanita, Tomasito, Periquín y un largo etcétera.
A sus gloriosos 86 años, en activa y fresca ancianidad, Manuel Morao es un Honor para Jerez
Y en la década de los 80, Manuel Morao decidió impulsar aún más esta faceta de promotor, y constituyó en 1987 la empresa Manuel Morao y Gitanos de Jerez, con la cual, durante 14 años, junto a su inseparable productor ejecutivo Luis Pérez, realizó numerosos espectáculos que, una vez más, alcanzaron los principales escenarios españoles e internacionales, con grandes giras por EEUU, actuaciones estelares en el Carnegie Hall de New York, en los mejores teatros de París, etcétera. Espectáculos como Flamenco, esa forma de vivir, Gypsy Passion" , Aire y Compás, Jondo, Sentir gitano, Sones de bronce... han ido marcando un referente de alta calidad artística en el cante, el toque y el baile de Jerez, y proyectando también a las figuras de las nuevas generaciones flamencas: Antonio El Pipa o Sara Baras han crecido como artistas bajo esta gran sombra fructífera del maestro Manuel Morao, que ha sabido, a todos ellos, transmitirles no sólo sus conocimientos técnicos sobre el arte flamenco, sino también una postura de respeto a la cultura gitanoandaluza, y a la vez Manuel Morao les ha enseñado cómo facilitar una evolución creativa donde se plasme la personalidad de cada artista, pero con un conocimiento previo y profundo de la tradición.
Desde aquella guitarrilla de la barbería de Don Guindo a los mejores escenarios del mundo, ha habido un largo camino, con un común denominador: el amor por su cultura, por sus músicas y sus tradiciones, y la defensa de su ley y de su pueblo.
Por todo ello, a sus gloriosos 86 años, en activa y fresca ancianidad, Manuel Morao es un Honor para Jerez y desde lavozdelsur.es nos sumamos a este Homenaje tan justo, que engrandece nuestra ciudad.
¡Honores al gran Manuel Morao!
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