Después de haber escrito tantas veces sobre John Lennon, no puedo dejar pasar la oportunidad de escribir sobre este evento que empieza hoy mismo, martes 19. Llegamos a discutir si algo así pegaba en Jerez, donde el flamenco tiene el claro predominio de los espectáculos que se hacen en espacios públicos. Yo sigo pensando que sí. Los Beatles mueven a mucha gente y los festivales como el Xera hasta ahora han reunido a bastante público. En cualquier caso, si el Ayuntamiento de Liverpool se da por aludido y nos dedica unas jornadas a Luis de la Pica o a la Paquera tampoco estaría mal.
El evento ha tenido bastante difusión en prensa, sus carteles están colgados en los bares con reputación de alternativos y de promover las actuaciones en directo… Quizá no se ha dado a conocer tanto la programación, aunque tampoco es difícil encontrarla. Si este artículo es ligeramente breve y escueto, es porque ahora mismo tengo la guitarra encima, ya que voy practicando a ratos para la Jam Session del jueves por la noche. Llevaré seguramente mi Epiphone Casino en honor a John, la que fue su guitarra por excelencia. Una vez en el Damajuana estuve discutiendo con un tipo que decía que para él era la Rickembacker 325, pero vamos, que diga lo que quiera.
Aunque no lo parezca a primera vista, Jerez particularmente le debe bastante a los Beatles. Por ejemplo, los Delinqüentes no hubieran sido los mismos de no ser por ellos. Una vez Diego Pozo comentó que lo primero que empezó a tocar con la guitarra fueron las canciones de los Beatles. Hace un par de meses se reunieron y tocaron en lo más alto del Damajuana, donde está el estudio que los inmortalizó, en un evidente guiño al concierto de la azotea en el edificio de Apple. Luego están las fotos de los Beatles venenciando fino, aunque lo cierto es que aquello se hizo en Madrid.
Los Beatles fueron un ingrediente muy importante en los años 60 para que el mundo cambiara de dirección. Revolucionaron la música entre otras cosas. Si bien todo el mundo les debe esto, nosotros en Jerez también les debemos esos pequeños detalles. Por lo tanto, tenemos motivos mas que suficientes como para organizarles unas buenas jornadas.