Juan Espadas Cejas (Sevilla, 1966) será, por derecho y por méritos propios, el nuevo candidato del PSOE-A a las próximas elecciones autonómicas a la Junta de Andalucía. Un caballero, un dandi y un señor, pero sobre todo, un hombre tranquilo y moderado. Todos juntos y cualquiera de los adjetivos atribuidos anteriormente, por separado, definen a la perfección la clase y la talla política del actual alcalde de Sevilla. Hombre de consenso.
Amigo del diálogo, en un momento histórico y político tan alejado del verbo que más y mejor se debería conjugar en la política de ayer y de hoy. Porque no hay mayor mandato para un servidor público que el de ser capaz de representar a la más amplia mayoría. Algo que Juan mamó, prácticamente, desde la cuna. Hijo de un servidor público, se crío en el popular barrio sevillano de Miraflores. Con veintidós años se licenció en Derecho por la Universidad de Sevilla para posteriormente especializarse en Política y Gestión Medioambiental. Estudios que completaría con un Master en la Universidad Carlos III, poco antes de diplomarse en Alta Dirección de Empresas por el Instituto San Telmo.
Sin embargo, su larga trayectoria política comienza en la recién estrenada Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, de la mano del granadino Manuel Pezzi. Consejería en la que desempeñaría responsabilidades que lo habrían de llevar a ser desde Asesor Jurídico, a Jefe del Gabinete, Secretarío General de la Empresa de Gestión Medio Ambiental, Director General de Prevención y Calidad Medio Ambiental, Viceconsejero, Presidente de la Empresa de Gestión Medio Ambiental y de la Fundación Andanatura y Vicepresidente de la Fundación Doñana 21. Para poco tiempo después, trasladar sus responsabilidades hasta la Consejería de Educación, en unos tiempos convulsos y nada agradables, de la mano de su gran mentor, Manuel Pezzi y con su sucesora, Candida Martínez López.
En dicha consejería ejercería labores de Jefe de Gabinete, hasta ser nombrado Consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio. Cargo desde el que saltaría a la política local, para enfrentarse abnegadamente, en la oposición al Ayuntamiento de Sevilla al por entonces alcalde popular, Juan Ignacio Zoido, al que después de una legislatura arrebataría la alcaldía del ayuntamiento hispalense, en el año 2015 para ser alcalde de la capital andaluza hasta el presente año 2021.
Cuando un joven Juan Espadas empezaba a dar sus primeros pasos en la política, andaban por el Palacio de Monsalves, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía —por aquellas fechas— Rafael Escuredo y Ángel López y López. Una época en la que, el primer presidente de la Junta, prácticamente, se encontraba realizando el traspaso de poder a José Rodríguez de la Borbolla. Pero sobre todo, hemos de puntualizar en honor a la verdad, que aún no existía la que hoy conocemos como Consejería de Medio Ambiente. Aunque sí existía una incipiente Agencia del Medio Ambiente que dirigía el entrañable Tomás Azcarate. Si bien es cierto que por aquel entonces ya se ocupaba de todos los pormenores, habidos y por haber, una muchacha rubia, extremadamente aplicada, disciplinada y eficiente, que respondía al nombre de María Luisa Marqués Clavijo. Una mujer, que sin haber alcanzado ningún alto cargo orgánico en el PSOE-A, influyó lo suficiente en la formación personal y profesional de un jovencísimo Juan Espadas siendo al mismo tiempo, la mujer de otro gran referente político de nuestro protagonista.
Posiblemente, la que hoy les estoy contando aquí no sea una gran historia. Pero les puedo asegurar que tiene mucho de la verdadera intrahistoria de un líder socialista que se forjó a fuego lento de la mano de una serie de mujeres que influyeron y ayudaron a conformar la personalidad de un hombre tranquilo y moderado, con sinceras y muy arraigadas convicciones socialistas, y un muy fuerte y claro sentido de lo que hoy conocemos por feminismo. Ya que desde aquella Mariluz, a la actual e incondicional Carmen Sánchez, pasando por su insustituible e inseparable esposa Carmen Ibanco, así como Ernestina, su señora madre –fallecida en marzo de 2020- y su propia hija, Juan siempre tuvo un muy especial apego a la “pachamama”, desde un punto medioambiental, y también a la mujer como compañera y punto de partida y origen de la vida. Siempre a la sombra. Padeciendo un continúo maltrato social y laboral, pero también, el desprecio de género del mal llamado “sexo fuerte”. Razón por la que, posiblemente, hoy nos hallemos ante un líder socialista convencido de que el cambio, si ha de producirse será feminista, o no será. Lo que lo hace reafirmarse en sus ideas y en sus convicciones ante la urgente oposición que necesita su ciudad, su región y su país, ante la amenaza hecha realidad de una derecha y sobre todo, una ultraderecha que niega y orilla el maltrato, la desigualdad y la violencia de género.
A ese perfil le añadimos su brillante capacidad para establecer alianzas, al norte, al sur, al este o al oeste. Y su lucidez y encomiable habilidad para conformar equipos, como el que lo ha mantenido en el gobierno de la capital andaluza durante los últimos seis años y como el que lo ha hecho alzarse con la victoria en unas más que complicadas primarias del PSOE en Andalucía, frente a su actual secretaria general, Susana Díaz. Lo que ha conseguido el hombre que responde al nombre de Juan Espadas Cejas, sin duda, pasará a la historia de la política. Y si no, al tiempo…
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