Casi cuatro décadas después el Alcázar de Jerez volvió a acoger una de esas noches de rock andaluz en el ciclo de 'Noches de Bohemia'.
En estos tiempos de creciente olvido de nuestro pasado bien nos vendría recordar el movimiento cultural y musical que surgió en Andalucía principalmente en la década de los 70. En torno al sentimiento de la búsqueda de las raíces y de la identidad andaluza se fraguó tanto el nuevo flamenco como el rock andaluz. Del germen de Smash con su famoso ‘Garrotín’ en 1971, a ‘Andalucía’ de Medina Azahara en 1982 hay toda una década llena de rock andaluz: Storm, Triana, Goma, Mezquita, Cai, Alameda... y un largo etcétera sobre el que suenan las melodías jazzísticas de Guadalquivir o las versiones de Granados y Albéniz de Vega. Desde los más cercanos al heavy metal o el hard rock de la época (Storm o Medina Azahara) hasta lo sinfónico y progresivo (Imán o Cai) pasando por todo tipo de innovaciones musicales que se fusionaba con el nuevo flamenco y los ritmos arábigos al calor de la recreación del pasado glorioso de Al-Andalus. Un movimiento musical amplio y heterogéneo con el que comenzó la carrera musical de grandes músicos –por ejemplo Chano Domínguez, Gualberto o Antonio Smash- y que también contó con la influencia para el desarrollo de otros artistas o la colaboración y el protagonismo de músicos como Raimundo Amador, Kiko Veneno –Veneno y Pata Negra- o el propio Miguel Ríos –su disco Al Andalus es una joya-, entre otros tantos.
Casi cuatro décadas después el Alcázar de Jerez volvió a acoger una de esas noches de rock andaluz en el ciclo de 'Noches de Bohemia'. Imán –que se reencontró precisamente en esta misma plaza en 1986 y en 2006- presidía el cartel de la cita, junto a Randy López –Mezquita y Medina Azahara-, Zaguán –conocido por sus excelentes versiones de Triana- y la escena del rock de hoy en nuestra tierra con Hashishem y El Pechuga. La noche fue un singular homenaje al teclista de Iman –fallecido en diciembre de 2014- Marcos Mantero, protagonizada por los miembros originales de la banda, Manuel Imán e Iñaki Egaña –no pudimos constar con la asistencia del batería Kiko Guerrero-. Bajo el cielo estrellado y la luna de Jerez, y tras habernos dejado llevar por la fantástica voz del cordobés que dio vida a Mezquita y Medina Azahara, Imán se precipitó al escenario con un público entregado, expectante de ver las delicias de un grupo que a pesar del tiempo sigue haciéndonos volar. Desde Darshan a Niños, resucitaron el alma del rock sinfónico andaluz y llamaron a la oración de todos aquellos que aún a día de hoy se alejan de los convencionalismos y se acuerdan de una música que revolucionó –técnica y culturalmente- a gran parte de Andalucía. La sorpresa final llegó a manos del amigo Ignacio Fermín que en perfecta armonía con Sergio Pérez a la batería y dos de los más grandes –Manuel a la guitarra e Iñaki al bajo- se lució con su arpa láser –podéis contemplar el etéreo y mágico ambiente que hicieron de 'Niños' en el vídeo que adjunto a esta columna-.
Otra noche de rock andaluz para el recuerdo. Mientras, desafiando la amnesia colectiva, algunos seguimos soñando con rescatar del olvido al ‘progresivo’. Al hilo de ello, asociaciones culturales y musicales como Arabiand Rock han hecho lo propio en estos años: la historia nos dará la razón. Nuestra próxima cita será Periplo, un audiolibro con dos discos que retrata el “viaje por los mares del interior” –de Juan Antonio Vergara, de Arabiand Rock- y que cuenta con composiciones y colaboraciones de grandes músicos del rock andaluz. Esta obra, que viene como agua de mayo, se presentará este otoño en Fuengirola.