Las calles de España se volvieron a teñir este 20 de septiembre de color violeta, y ya van demasiadas veces. Quienes se empeñan en negar la violencia de género en España —y en el mundo—, a pesar de los datos que apoyan la existencia de este terrorismo machista, están cometiendo una irresponsabilidad social y política. Las cifras oficiales dan la razón a quienes denunciamos la violencia machista: 42 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas hasta la fecha; 32 menores huérfanos por la violencia de género; 1.017 mujeres asesinadas desde 2003, fecha en que empezaron a contabilizarse los datos por el Ministerio de Igualdad; y 74 feminicidios en España según feminicidio.net.
El partido de ultraderecha Vox decidía el jueves empañar el minuto de silencio de la última mujer asesinada y daba el cante —una vez más—, esta vez por aparecer con una pancarta donde rezaba que “la violencia no tiene género”, en un nuevo intento por desprestigiar la lucha feminista. El alcalde de Madrid Martínez-Almeida en lugar de recriminar ese negacionismo les “abroncaba” que aparecieran con una pancarta propia de la que él no sabía nada.
“Sabes que no estoy de acuerdo con la ideología de género ni el feminismo del 8M, pero eso no quiere decir que se puedan colocar dos pancartas distintas", le confesaba Almeida al líder de Vox, Ortega Smith, en un vano intento por defender la violencia de género, como si sus palabras no fueran ya una ofensa a la mitad de la población. O se defiende la violencia machista o no, no valen medias tintas cuando las mujeres somos asesinadas, violadas y agredidas por el simple hecho de ser mujeres. La violencia sí tiene género.
En este 2019 ya hemos superado en siete mujeres a las asesinadas en el mismo periodo de 2018. De hecho, el año pasado lo terminamos con 48 mujeres asesinadas, ahora, con tres meses aun por delante, la cifra está en 42. Hagan sus cálculos. A todas ellas las han matado por ser mujeres, las “oficiales” a manos de sus parejas o ex parejas, el resto por un sistema patriarcal que sigue educando a los hombres en el control y el poder sobre las mujeres. El Estado sigue poniendo el foco en nosotras en lugar de apostar de una vez por todas por una educación en igualdad desde los primeros años.
Este 20 de septiembre miles de mujeres —y aliados— hemos llenado las calles con luces violetas ante este Estado de emergencia en el que vivimos, especialmente sangriento durante este verano, con el peor mes de julio desde 2010 y el que más asesinadas ha registrado en lo que va de año. Además, en lo que va de 2019 se han registrado 55 agresiones sexuales múltiples. Los dos meses con más casos son julio y agosto, con diez casos, según geoviolenciasexual.com.
Se ha declarado el Estado de emergencia porque aunque las mujeres lo queramos y lo peleemos, seguimos sin estar a salvo. No lo estamos cuando a tu amiga la siguen acosando por la calle con “piropos” que no lo son. No lo estamos cuando seguimos llegando a casa con las llaves en la mano y mirando por encima del hombro. No lo estamos, mientras nos sigan matando por ser mujeres.
El 20 de septiembre las feministas volvimos a salir a la calle y lo seguiremos haciendo mientras sigan existiendo partidos y personas que se empeñen en difamar el feminismo y negar una y otra vez la violencia machista.