Si algo tengo claro, es que no se debe desaprovechar ni un solo minuto. Normalmente cuando la gente piensa en Carpe Diem, piensa en una serie de discotecas y festivales, pero yo quiero ir mucho más allá. Estos son años preciosos para embarcarse en aventuras y proyectos que realmente le dan emoción a la vida, algo mucho más ambicioso que una pseudo rutina en las pistas de baile. Se trata a fin de cuentas de dejar una buena historia que contar. De hecho, puede que este sea el sentido de la vida misma, pero bueno, dejemos la ontología para otro día.
Hay buenas historias que empiezan a más de 500 kilómetros de tu casa, con grandes momentos durante el viaje también dignos de ser recordados. Este fin de semana asistimos al 12º Congreso de las Juventudes Socialistas de Andalucía, y tras 72 horas muy intensas, con sus penas y sus alegrías, la sensación final es de puro éxtasis. No estábamos haciendo historia de cualquier manera, estábamos construyendo una gran unión que dará una respuesta joven y contundente al gobierno de las derechas. Ya lo decía la liga de la justicia, no puedes salvar al mundo solo. Aunque quizá una premisa todavía más poderosa sea que no estás solo. Tras todo lo vivido, el compañerismo se queda corto. Hay quien hablaría de camaradería, pero creo que llegamos a la hermandad.
Esta hermandad es la principal causa de tantas penas y alegrías. Las alegrías son obvias y las penas vienen precisamente por acumular demasiadas alegrías. Muy cierto es eso de que algo se muere en el alma cuando un amigo se va, lo que hace una horrible combinación con que la edad límite de juventudes esté en 30 años. Todo tiene que pasar, sin embargo, la historia siempre permanece. Todos los grandes logros conseguidos por esas personas perdurarán, junto con el recuerdo de los grandes momentos. Lo que ya está escrito es eterno en el tiempo. Ahora se abre un nuevo capítulo con la primera página todavía en blanco, pero por muy poco tiempo, ya que la acción está cerca. De nosotros y nosotras depende que sea una buena historia que merezca la pena contar, una historia que nos haga siempre jóvenes. Podemos ser jóvenes para siempre jamás. ¿Qué me dices?
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