El nuevo barómetro del Centro de Estudios Andaluces (Centra), el mal llamado CIS andaluz y que impulsó Elías Bendodo en la anterior legislatura, ha aparecido en los medios de comunicación este pasado miércoles como un mazazo que frena cualquier aspiración del PSOE-A de recuperar el Gobierno de la Junta de Andalucía en los comicios autonómicos que se celebrarán dentro de un año.
La figura de María Jesús Montero, como renovadora de esta ilusión socialista, aparece en el sondeo con peor tratamiento que el muñegote de Trump en Coripe. No se vislumbra resurrección alguna, si nos atenemos estrictamente a esta encuesta. Es la peor valorada (3,85) y está a once puntos de grado de conocimiento ciudadano frente al todopoderoso Juanma Moreno (5,51 de media de valoración y 87,4% de porcentaje de conocimiento).
Pero este análisis demoscópico, con 3.600 entrevistas, solo representa a un ínfima parte de los 6.641.828 votantes, por lo que no parece que debieran, ni debiéramos comprar de manera irrefutable todo lo que cuenta y que ha sido recogido por la mayoría de medios de comunicación como una realidad ya probada e incuestionable: Moreno volverá a arrasar, Montero hunde las opciones del PSOE con peores datos incluso que Espadas, etc.
Una figura controvertida: el pasado y el presente de Montero
Es cierto que cualquiera que siga la actualidad y tenga un mínimo de base en cuanto a estrategia política podría cuestionar las debilidades del liderazgo de Montero, especialmente por el recordatorio permanente de que participó en cuestiones sensibles como la sanidad pública en anteriores gobiernos socialistas en Andalucía, o en relación a su doble condición de vicepresidenta primera del Gobierno de Pedro Sánchez, y todo lo bueno y malo que eso conlleva. Pero de ahí a sentenciarla de forma sumarísima por esta encuesta, apenas dos meses después de ser elegida nueva secretaria general de los socialistas andaluces, media un abismo.
Tras recoger el premio a la mejor estrategia de comunicación política que otorga The Washington Academy por la campaña de las autonómicas de 2018, Elías Bendodo habló de la suerte de haber contado en la misma con un candidato como Juanma Moreno (fue el menos votado en aquellos comicios de la historia de los candidatos del PP-A) y destacó que dicha estrategia se basó en hablar "en positivo"; cuando todos recuerdan cómo se abrían grupos de Facebook tratando de desmovilizar el voto y orquestando lo que se llamó una guerra viscosa, sucia y subterránea contra Susana Díaz. Y luego vino lo que ya conocen.
Tensión interna y contestación ciudadana
Ahora solo cambia que en aquel momento el PP-A jamás había gobernado la Junta de Andalucía y ahora tiene todo el poder desde enero de 2019, unos meses antes de que Bendodo impulsara el primer sondeo del Barómetro del Centra (El CIS andaluz) y recogiera el galardón en Washington de la mano de Aleix Sanmartín, el gurú de aquella campaña de noviembre de 2018 y que ahora el PP de Feijóo ha arrebatado al PSOE de Sánchez por, según cuentan, una cuantiosa suma de euros.
Pero que no se autoengañe, ni confíe en exceso Juanma Moreno, pues estas dos suelen ser las claves que están detrás de muchos fracasos estrepitosos. Ni Montero parece que vaya a empeorar los resultados del bueno de Espadas —la tensión interna entre el votante socialista de toda la vida y la moral de victoria parecen haberse recuperado, y eso ya es mucho—, ni la calle está en los niveles clorofórmicos de 2022 —solo hay que ver la masiva manifestación por la sanidad pública del pasado 5 de abril—, cuando el dirigente malagueño arrasó con mayoría absoluta.
Pensar nuevamente que el rey va vestido con sus mejores galas cuando es posible que vaya desnudo sería un error de principiantes, imperdonable para los autores intelectuales del Barómetro del Centra, una máquina de crear ficciones que nos creemos todos como el que hace acto de fe. Igual que aquella Andalucía imparable de Chaves, igual que esta locomotora de la recuperación del país. Como ocurre desde que el mundo es mundo. Y si no, lean a Volpi y su impresionante La invención de todas las cosas.