Da igual cuando aparezca: la encuesta que cocina a fuego rápido o lento, según convenga, el Centro de Estudios Andaluces (Centra), comandado por el sociólogo Tristán Pertíñez bajo la supervisión del consejero de Presidencia y mano que mece la Junta, Elías Bendodo, siempre dice lo mismo: Juan Manuel Moreno Bonilla es ‘el más guapo’ y el PP andaluz gana claramente o directamente arrasa si hoy mismo se volviesen a celebrar autonómicas.
Así se refleja una vez más en el último barómetro andaluz que publica al que llaman con sorna el CIS andaluz, capaz de multiplicar los panes y los paces, y propiciar que, en dos años largos, el líder andaluz del PP, con casi un millón de parados y la peor pandemia en un siglo, haya pasado de obtener el peor resultado histórico de su partido en las autonómicas andaluzas (cuando estuvo a punto de ser desahuciado por Pablo Casado) a ganar por goleada a sus adversarios.
El auge de Vox en la comunidad que refleja dicho ejercicio de narcisismo (o directamente onanismo) demoscópico no hace más que aportar tranquilidad (aunque sea fictica) en el horizonte político del PP andaluz. El que no se consuela es porque no quiere. Sobre los sondeos de opinión hay varias cosas claras: favorecen al que los encarga (aunque como en este caso los paganos sean los sufridos contribuyentes andaluces), reflejan una microscópica parte del sentir del electorado para dar a entender que eso es el todo (3.600 encuestas en este barómetro en una comunidad con un censo de 6.541.748 de votantes), y siempre permiten decir a quienes no les benefician que la verdadera encuesta es la del día de las elecciones.
900 millones de euros en programas y partidas de empleo sin ejecutar en los dos últimos años en una comunidad con un millón de parados sí debería preocupar al Gobierno andaluz
Antiguamente los partidos políticos hacían encajes de bolillos para pagarse sus propias encuestas con las que moldear la realidad que solo querían ver (lo que les devolvía gloriosos tortazos). Ahora, basta con encargarlos desde un ente público, pagarlos con dinero de todos, recalentarlos en el microondas, vender los datos como ciertos y generales, y que nadie diga nada. Cuatro tuits y hasta la siguiente entrega.
Es curioso como el PP y Moreno siempre restan credibilidad a las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la que llaman la cocina de Tezanos, y en cambio se vienen arriba con lo que dicta el Centra. Influir en el estado de la opinión pública (por no hablar directamente de manipular) es el único objetivo con estos ejercicios de cocina demoscópica de unos, hasta que se demuestre lo contrario, dudosos gestores de lo público (900 millones de euros en programas y partidas de empleo sin ejecutar en los dos últimos años, por poner solo un ejemplo), pero de unos innegables artistas del marketing, la propaganda y el dopaje electoral… Andalucía imparable, que diría aquel. Eso sí, siempre despilfarrando el dinero de todos.
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