Felipe Sicilia calienta en la banda como relevo al frente del PSOE andaluz: "Suena y suena mucho"

Pedro Sánchez y Susana Díaz firmaron un pacto de no agresión el pasado año, pero el desgaste sufrido en el partido a nivel autonómico y las malas previsiones electorales, claves en las próximas primarias

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Fundador y Director General de ComunicaSur Media, empresa editora de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero'.

Felipe Sicilia, en una imagen reciente. FOTO: PSOE
Felipe Sicilia, en una imagen reciente. FOTO: PSOE

"Suena y suena mucho". Veteranos socialistas en Andalucía aseguran que el runrún por la posibilidad de que el jienense Felipe Sicilia (Lopera, 1979) sea la gran apuesta de Ferraz para relevar a Susana Díaz al frente del PSOE andaluz, bastión clave para el partido a nivel nacional, gana más fuerza por día que pasa. El hecho de que Sicilia no haya estado entre los cuatro ministros andaluces designados por Pedro Sánchez —es una persona de total confianza del secretario general y de Adriana Lastra, negociadora en el acuerdo de coalición con Unidas Podemos—, resulta llamativo salvo si se convierte en llave maestra para resolver el puzle de la clave andaluza.

Sicilia, que fue diputado del Parlamento andaluz hasta 2011, año en el que fue elegido por su provincia, Jaén, en el Congreso de los Diputados, forma parte de la dirección del grupo parlamentario socialista y es "una persona de consenso". Policía de profesión "y socialista de convicción”,como reza su perfil de Twitter, este funcionario en excedencia cuenta con el respaldo de la cúpula del partido a nivel nacional y cada vez extrañaría menos que diera el salto a competir en las próximas primarias del PSOE-A por la secretaría general, paso previo a su candidatura para las autonómicas de 2022.

Hasta ahora, solo Susana Díaz ha expresado su deseo de volver a repetir al frente de la secretaría, donde lleva más de seis años, y como candidata, donde cosechó unos insuficientes resultados el pasado 2D que permitieron que la derecha se hiciera con el control de la Junta andaluza. "Me volveré a presentar como candidata. Es mi voluntad y también es mi responsabilidad. Lo que deseo y lo que debo hacer coincide y eso es lo que me da tranquilidad”, aseguraba Díaz en enero del año pasado, días antes de la investidura de Moreno Bonilla como presidente autonómico tras 36 años de socialismo en San Telmo. El propio secretario general, Pedro Sánchez, hablaba entonces de "fin de ciclo" en Andalucía.

Desde entonces, recuerdan fuentes del partido a nivel andaluz a lavozdelsur.es, "hay un acuerdo político interno de respetarse mutuamente que se ha estado cumpliendo... así que no sé si se moverá ficha o no lo hará [por Pedro Sánchez]". El pacto de no agresión, clave para manejarse en las dos convocatorias de elecciones generales del pasado año —ambas ganadas por Sánchez—, podría pasar a un segundo plano si se piensa en refrescar las estructuras de un PSOE-A agotado, tal y como ponía de manifiesto esta misma semana el segundo barómetro andaluz.

Un estudio de opinión pública al que en San Vicente no dan mucho crédito —"si quieren encuestas de partido que no la paguen los andaluces"—, pero que refleja que, de repetirse hoy las autonómicas, el PSOE de Susana Díaz volvería a fracasar y el tripartito PP-Vox-Cs volvería a gobernar aún con más protagonismo de la ultraderecha. En esa misma encuesta, donde en honor a la verdad los socialistas no salen tan mal parados en intención de voto en un semestre —momento que abarca el estudio— en el que se conoció la dura sentencia por los ERE de Andalucía—, también se refleja el deterioro de la valoración ciudadana de Susana Díaz, que pasa de un 4,74 (julio de 2019) a un 3,98 (diciembre pasado), siendo junto al juez Francisco Serrano (Vox) la líder política andaluza peor valorada.

La sentencia de los ERE ha podido sentenciar políticamente a Susana. Tras conocerse el veredicto contra el escandaloso caso de corrupción política, la todavía lideresa andaluza mantuvo silencio 48 horas, y fueron sus fieles en Andalucía, entre ellos Juan Cornejo y Manuel Jiménez Barrios —socialistas de otra generación vinculada con viejos clanes de poder en el partido a nivel andaluz, especialmente el de Alcalá—, fueron los primeros encargados de dar la cara hasta que Díaz decidió comparecer en Madrid, en el plató de Al rojo vivo, en La Sexta, donde pidió perdón a los andaluces.Toda la oposición pedía su dimisión, de Vox a Adelante Andalucía, pero la ahijada política de Griñáneducada en el socialismo de Manolo Chaves, simplemente esperaba a que la tormenta amainase.

Está por ver finalmente si Pedro Sánchez desentierra el hacha de guerra —los agravios del susanismo fueron muchos en el pasado reciente— y sitúa al frente del PSOE-A a un político emergente, riguroso y muy bien valorado en la familia socialista, para ir preparando el intento de recuperar el poder autonómico en 2022, la primera vez en cuatro décadas que los socialistas acudirán a unas elecciones autonómicas en la región más poblada de España desde la oposición. Bibiana Aído, María Jesús Montero, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, Juan Espadas... hay muchos nombres que suenan, pero ninguno suena con tanta fuerza como el de Sicilia.

A pesar de todo, otras fuentes confirman a este medio que, salvo en Huelva (por el caso Mario Jiménez), Díaz "está fuerte", por lo que el acuerdo con Ferraz "es firme". "Posiblemente esto se cierre con un acuerdo de integración y con manifestación de apoyo explícito a Susana", aseveran.

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