La historia es sabida: Pablo Casado tenía preparada la entrada de una gestora en el PP andaluz, con Juan Ignacio Zoido al frente, tras la noche electoral del pasado 2 de diciembre y Juanma Moreno Bonilla, el candidato y presidente de los populares andaluces, que había apoyado meses antes a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias del partido, su carta de dimisión. Hay periodistas en Sevilla a los que llegó a enseñársela. O eso dicen. En cuestión de horas, todo cambió. Con los peores resultados del partido en unas elecciones autonómicas, Moreno iba a pasar imprevisiblemente a convertirse en presidente de la primera Junta de Andalucía sin el PSOE mandando después de 36 años. Y lo iba a hacer, ya saben, gracias al apoyo de Ciudadanos y Vox.
Desde entonces, si alguna vez aspiró a tenerlo, Casado ha perdido el control de Andalucía, la comunidad más poblada de España y, por tanto, decisiva en el recuento de las diferentes contiendas electorales. En Cádiz, se suceden los fuegos sin que el casadismo renueve la organización en una provincia con más habitantes que un puñado de comunidades autónomas juntas. En manos del lugarteniente de Javier Arenas, el jerezano Antonio Sanz, y pese al amago desde la cúpula nacional con relevarlo de la presidencia provincial del partido, el PP se ha convertido en “un club privado, en el que se reparten las acciones de participación entre la élite de siempre, cerrando puertas a la verdadera vocación de servicio público y representación que debiera ser el motor principal”.
La candidatura gaditana para el 28A, otro foco inflamable a menos de 100 días de las municipales
Eso lo escribía esta semana el isleño Rafael Ruiz Canto en una carta en la que comunicaba su baja de la formación popular. Ex parlamentario e histórico militante, apoyo de Casado en las pasadas primarias, denuncia falta de democracia interna y libertad de expresión en un partido para el que considera “necesaria y urgente” una renovación en la provincia, según declaraba este mismo viernes en Radio Cádiz. La dirección del PP gaditano, un partido tan poco acostumbrado a airear sus trapos sucios, calla, mientras Sanz y compañía siguen a lo suyo, ahora designando a María José García-Pelayo, ex alcaldesa de Jerez y exdiputada, como líder de la candidatura al Congreso el próximo 28A. Pelayo, que tampoco apoyó a Casado, se ha autopostulado públicamente y “ha estado maniobrando”. Finalmente, no ha encontrado la dura oposición que se esperaba frente a la cuota gaditana del casadismo, que trataba de obtener la recompensa a un apoyo interno que hasta ahora ninguno de sus representantes ha recibido.
Ya en la previa de las autonómicas, el hombre fuerte de la dirección nacional en Cádiz, el alcalde de Vejer José Ortiz pactó con la vieja guardia gaditana un pacto de no agresión, cerrándose incluso la posibilidad de que Antonio Saldaña, alcaldable en Jerez y secretario general en la provincia (número dos de Sanz, por tanto), sea presidente de la Diputación de Cádiz si se diese ese escenario a partir de junio. Ahora, el pacto vuelve a reeditarse. Pelayo, finalmente, será presentada este sábado como cabeza de lista por Cádiz el 28A en un acto que se celebrará en Madrid.
Sanz, Ortiz y García-Pelayo, en rueda de prensa.
“Ha habido otro pacto con Ortiz, mientras tanto, Pelayo y Nieto (Daniel, popular de San Fernando), que generan el rechazo de militancia y direcciones locales, se dedican a dar vueltas por la provincia sin discurso, ni objetivos, solo con fotos insustanciales”, aseguran fuentes internas del partido en Cádiz, quienes también censuran que el papel del PP en la Junta sea “secundario y casi desaparecido en la provincia, pese a algunas fotos”. Ortiz, que aspira a liderar el partido en la provincia una vez pase el ciclo electoral, traga saliva tratando de lidiar con una situación cada vez más comprometida, pues Casado y su segundo a nivel nacional, Teodoro García Egea —el hombre que pactó con Vox para que Moreno fuera presidente—, le piden que apriete las tuercas a la renovación gaditana, mientras choca con el muro del arenismo y su lugarteniente Sanz.
Sanz, como es sabido, mano derecha de Javier Arenas desde 2006 hasta 2012 como secretario general del partido en Andalucía, se incorporó el pasado verano como representante de Soraya ante el comité organizador del congreso del PP que iba a elegir al sustituto de Mariano Rajoy. Finalmente, su candidata perdió ante Casado, pero aún nadie ha podido arrebatarle el control del partido en una provincia decisiva como Cádiz. “La clave, para lo bueno y lo malo, es Pepe Ortiz, pero todo el mundo está viendo que eso no cuaja".
El PP gaditano, "una comparsa en manos de Antonio Sanz"
Y el fuego se aviva. Hace solo unas semanas se hacía pública otra dura carta. Esta vez, de Isidoro Seco, ex secretario general del PP de El Puerto de Santa María, en la que denunciaba los tejemanejes de Sanz (y Saldaña) para apartar a Alfonso Candón de la cúpula del partido a nivel local y colocar a su candidato, el actual alcaldable portuense Germán Beardo. La designación de Beardo supuso en 2018 la dimisión de seis concejales portuenses y la herida no ha cicatrizado. La teórica renovación del PP gaditano que iba a llegar, no llega, y eso solo hace crispar aún más los ánimos en las filas populares. En el caso de Seco, incluso aseguraba que dentro del partido “quien no realice genuflexiones, no tiene futuro” y acusaba a Beardo de haber sacado 32.000 euros “sin justificación” de la cuenta del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento portuense. El PP local, por su parte, ha negado cualquier irregularidad y afirma que las cuentas están presentadas ante notario”.
Pero es que, por si fuera poco, esta misma semana también cursaba su baja otro ex secretario general del PP portuense, Francisco González Contreras, quien también en una carta arremetía contra Beardo, que en la práctica es lo mismo que arremeter contra Sanz y la vieja camarilla de Arenas que maneja el partido en la provincia. De hecho, este ex militante que ha ocupado cargos orgánicos a nivel local y provincial, asegura, sin anestesia, que el PP es una “comparsa en manos de Antonio Sanz”.
En Jerez, la ciudad más poblada de la provincia, el partido tampoco se ha renovado. El candidato Saldaña, delfín de Pelayo (a su vez, producto histórico de la factoría Arenas-Sanz), tiene serios problemas para confeccionar su candidatura y hay miembros del partido a nivel local que siguen preguntándose, en paralelo y en lo orgánico, cuándo se celebrará el congreso local, que se anunció para antes de Feria del Caballo del año pasado, pero que sigue sin producirse. “El caos es total y solo les interesa salvar los muebles como sea, los militantes y la base son lo de menos”, reprochan fuentes internas del partido, mientras ven cómo el descalabro electoral —en abril y en mayo— puede ser histórico.
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