Contó ante el juez el exalcalde de Boadilla del Monte Arturo González Panero, El Albondiguilla —que es juzgado estos días, junto al PP, en una nueva pieza separada de la trama Gürtel vinculada con adjudicaciones irregulares en el ayuntamiento madrileño— que fue a Génova y lo recibió el entonces secretario de Política Local del partido, Juan Manuel Moreno Bonilla. Le informó de que estaba recibiendo presiones de Luis Bárcenas para adjudicar determinados contratos en su ayuntamiento, a lo que Moreno Bonilla, según narró El Albondiguilla ante el juez, le dijo: "Gracias, lo tendremos en cuenta y adiós muy buenas”. Eso fue en 2005. El pleistoceno, probablemente.
Más de década y media después, Juan Manuel Moreno Bonilla, que vino a Andalucía porque Rajoy se lo dijo, ha sido entronizado este pasado fin de semana en el PP andaluz en medio de una batalla campal en el PP nacional y de una semana políticamente aciaga en Andalucía. Como acostumbra, ha salido airoso de la refriega gracias a una sonrisa de niño bueno tan capaz de pactar con la ultraderecha que de querer buscar el desencanto del votante tradicional del PSOE en la comunidad andaluza.
Decían que era imposible pero muchos creímos en @JuanMa_Moreno y en 3 años ha conseguido un cambio histórico, referencia de eficacia, cercanía y honestidad.
— Pablo Casado Blanco (@pablocasado_) November 21, 2021
Tiene todo mi apoyo para decidir pensando en Andalucía antes que en el PP: los intereses de los andaluces son los nuestros pic.twitter.com/fuIN4uNdaW
Después de unos días marcados por la filtración de un audio en el que su socio Juan Marín (Cs) aseguraba que era “estúpido” aprobar presupuestos en año electoral, y de que esas temerarias declaraciones, hechas a puerta cerrada y ante los suyos, dinamitaran las negociaciones para sacarlos adelante con PSOE o Vox, el viernes se tuvo que tragar Moreno en el congreso del PP andaluz, celebrado este pasado fin de semana en Granada, una larga ovación de sus fieles a la baronesa madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Esta se dedicó a lanzarle consejos envenenados —“vuela libre, no seas marioneta, convoca elecciones cuando quieras”—, antes de que el sábado pasado fuese Teodoro García Egea el que lo zamarrease asegurando que “nadie tiene que venir a Andalucía a decirle a Juanma lo que tiene que hacer”. "Siempre he sido libre", replicó Moreno.
Este pasado domingo cerró el congreso del PP andaluz el líder nacional del partido Pablo Casado, que no desaprovechó la ocasión de arremeter contra Ayuso y Álvarez de Toledo (que acaba de publicar un libro en el que va a machete contra Casado y el “pelota” —lo dice ella— de Egea). “Esto no es un talent show de megalomanías”, el PP no puede ser una “hoguera de vanidades”, exclamó vehemente Casado, ante un impávido Moreno, que veía que el final de la semana estaba cerca y que pidió clemencia a sus mayores implorando al partido que se dejase de “enredos estériles” (para, sobre todo, no perjudicarle a él electoralmente). "Tienes todo mi apoyo para decidir pensando en Andalucía antes que en el PP: los intereses de los andaluces son los nuestros", le dijo directamente Casado sobre un posible adelanto electoral en Andalucía.
Si Ayuso lo puso de ejemplo, también lo hizo Casado. Su dilatada trayectoria de utilitarismo político en los despachos de Génova (lo mismo diputado cántabro que recortador en el Gobierno de M. Rajoy) le avalan. En los disturbios populares, que han molestado profundamente al partido en Andalucía, y que dañan su imagen pública ante la primera contienda, pronto, del nuevo ciclo electoral, Moreno salió victorioso.
⏱️ 24 horas con el presidente de Andalucía.
— PP Andaluz (@ppandaluz) November 21, 2021
Descubre el lado más personal de @JuanMa_Moreno.#AndaluciaElCambioFunciona #JuanmaPresidente pic.twitter.com/UpzggLo8Ib
Obediencia debida que utilizó una Ayuso que quiso llevárselo a su terreno, pero no pudo, y fe ciega en su “lealtad” a Génova, demostrando que si alguien ahora mismo es un hombre de partido en este PP hecho jirones es el barón andaluz, capaz de tragarse la renuncia de sus colaboradores estrechos (caso de Ana Mestre en Cádiz) en los congresos provinciales del partido o de colocar al frente de la carrera por la Alcaldía de Sevilla al candidato de Madrid (su viejo rival José Luis Sanz), no al suyo. A nivel interno, Moreno también tiene muchas caras sonrientes (esa sonrisa casi de Mona Lisa), sin que nadie sepa exactamente cuál es la buena. ¿Valdrá este bienquedismo para convencer también al electorado? Javier Arenas va a volver a ser presidente de honor del PP andaluz, algo que estuvo en duda hasta casi el último momento. Todo en orden en medio del desorden.
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