A trompicones, sobre la bocina, el anterior Gobierno de Susana Díaz en la Junta de Andalucía coló varios proyectos para Jerez con cargo a los fondos europeos de la Iniciativa Territorial Integrada, los famosos fondos ITI. De aquello que se propuso a cinco columnas, con todo tipo de propaganda mediática, solo ha habido frustración entre la ciudadanía. Una vez más. Muchos castillos en el aire y pocas, otra vez, realidades. Con el cambio de gobierno, las diferencias de siglas políticas al mando de las administraciones autonómica y local solo hacía presagiar que la cosa solo podía ir a peor. Pronto se confirmaron los peores augurios.
Uno a uno, fueron cayendo los proyectos: Centro Tecnológico del Motor, recuperación del Guadalete, Parque Científico y Tecnológico Agroalimentario (¿se acuerdan?), las antiguas instalaciones de FP de San Juan de Dios... por no hablar de otros proyectos aún más antiguos (segundo hospital, variante sur, tranvía...) que suenan a estas alturas a pura ciencia ficción. Compromisos eternos de la Junta con la quinta ciudad más poblada de Andalucía, una no capital con mucho peso específico en las urnas a la que Susana Díaz, por ejemplo, prácticamente dejó de la mano de Dios.
El momento culminante del choque Junta-Ayuntamiento (que ya venía de lejos, ni siquiera tenía que ver con el cambio de gobierno, como se ha dicho) se produjo el pasado verano a cuenta de unas obras en el eje viario principal de Jerez. El famoso lío del adoquinado de Corredera y Esteve, que hubiera sido tan sencillo de resolver como volver al proyecto original con las bandas de rodadura y la preservación de la arquitectura original de las calzadas de esas céntricas calles, ha acabado enfangado en un contencioso que desespera a comerciantes y vecinos. Y que, como ha dicho este lunes la alcaldesa, Mamen Sánchez, puede prolongarse durante tres o cuatro años. Al final, el acuerdo será inevitable. Ni la Junta quiere aparece como el malo de la película, ni el gobierno local puede vender nada mientras lo de Corredera y Esteve parece obra de Gotera y Otilio.
¿El viento ha cambiado? Parece pura estrategia de un PP que, a nivel andaluz, sí es consciente de la plaza que representa Jerez. No en vano, uno de los cerebros en la sombra del Gobierno andaluz, Antonio Sanz, es jerezano, sabe contar votos —el peso de Jerez será clave, una vez más, en las autonómicas de finales de 2022— y sabe de la importancia capital de esta plaza. En Cádiz, jerezana de nacimiento, manda Ana Mestre. Hay quien dice abiertamente que el futuro del PP de Jerez pasa indefectiblemente por ella en 2023, agotada y requeteagotada la opción de un abnegado Antonio Saldaña, que si ya de por sí representaba en la ciudad el pasado del PP de Pelayo, tras su episodio de mayo (el incidente del amontillado) parece claramente sentenciado (hasta el rabo todo es toro, eso sí) en cualquier quiniela popular. Dicen que sigue en el puesto por el apoyo del dos de Casado, Teodoro García Egea, pero desde luego por lo que a Moreno Bonilla respecta, dicen, podría estar fuera desde hace mucho.
Con enfrentamiento, tensiones permanentes y mala prensa, será muy difícil que el PP reconquiste Jerez
El caso es que el viraje de la Junta con Jerez sorprende a propios y extraños. Solo hay que ver lo que ha pintado el Gobierno de Pedro Sánchez en los Presupuestos Generales del Estado de 2021 para la ciudad, inversiones de las llamadas de mantenimiento, consignaciones que palidecen ante el anunciado derroche inversor de un Gobierno andaluz que, esta vez sí, parece que va a entrar a saco en el municipio. Una ciudad ávida de ilusión y nuevos proyectos que, por encima de todo, vean la luz, a diferencia de lo ocurrido en los últimos casi veinte años.
Destacan la conversión (por fin) de un centro sanitario de altas prestaciones en el antiguo edificio de Díez Mérito, fuertes inversiones en institutos públicos y el Centro Tecnológico del Vino, una actuación muy demandada. Pero destaca, por lo novedoso, el impulso al yacimiento arqueológico de los Molinos de la Corta, miles de años de historia en una antigua escombrera cargados de futuro en cuanto a generación de riqueza en la zona. Si ya se rescatase el proyecto del Guadalete —no se entiende cómo ningún gobernante se apunta este tanto que tanto aplaudiría la ciudadanía en general— sería la guinda para los próximos años.
La puesta de largo del convenio, "querida alcaldesa, queridos miembros del gobierno local" —ha dicho Mestre al empezar la rueda—, para el futuro Museo del Flamenco de Andalucía es un pequeño paso para la Junta y un gran paso para el PP con vistas a posicionarse en la reconquista de una plaza que, muchos creen, nunca debió perder. Con enfrentamiento, tensiones permanentes y mala prensa, será muy difícil. Era lo primero que había que preparar. Luego, con tiempo, ya habrá margen para dibujar la hipotética candidatura de mayo de 2023. En tiempos de pandemia conviene no hacer mudanzas, pero sí abonar el terreno para que, vacuna en mano, florezca. Al tiempo.
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