La Feria del Libro registra 8.702 visitas, casi un 25% más y continuará “en la misma línea de programación, incrementando la promoción provincial”. El titular es de junio de 2016, cuando se creía que era la fecha definitiva en la que debía fijarse la maltrecha Feria del Libro de Jerez, la cual navega a la deriva de un tiempo a esta parte, entre un localismo recalcitrante, lejos siquiera de ampliar sus miras al espectro provincial, y capeando una ausencia alarmante de presupuesto. Falta promoción e ideas. Imaginación.
Recién finalizado el evento cultural en este 2022, el titular que brinda el gabinete de prensa municipal no puede ser más triunfal (y engañoso): Récord de visitas a la Feria del Libro con más de 8.000 personas en Los Claustros de Santo Domingo. 8.347 personas visitaron la última feria, "todo un récord en la trayectoria de este evento", dicen desde el Ayuntamiento jerezano, sobre un evento que se inauguró un jueves por la tarde y se clausuró en apenas tres días.
¿Récord de visitas con más de 8.000 personas? Vaya, si nos vamos a 2016, aquella edición se cerró, como decimos, con 8.702, un buen puñado de visitantes adicionales que empañan este supuesto récord. Es cierto que en 2018 hubo "más de 7.800 personas", pero desde luego lo de este año no ha sido un récord en la comparativa más reciente. Y en todo caso, es una cifra muy pobre si se tiene en cuenta que Cádiz, con prácticamente la mitad de habitantes que Jerez, tuvo en su Feria del Libro del pasado junio más de 17.000 asistentes entre sus pasillos, estand y actividades programadas. Un auténtico récord histórico, ese sí, de asistentes a una Feria del Libro.
"Es que a Cádiz le da dinero Diputación, la Junta...", se lamentan. Diputación de Cádiz dio el año pasado a Jerez 300.000 euros para impulsar la candidatura de la Capital Europea y nadie sabe nada de qué destino ha tenido ese dinero público, salvo por la polémica generada en los últimos días. No hay excusas.
¿Hay que medir la cultura en récords? ¿Merecen literatos y lectores que todo sea al peso, por estadísticas frías? Creemos que no. Pero lo que no se puede es sacar pecho de donde no hay. La Feria del Libro, con perdón, ha vuelto a pasar sin pena ni gloria por la ciudad, sin una figura literaria de relevancia que llevarse a la boca, o algún interés allende nuestras fronteras. Por no hablar de los sufridos libreros, que hacen lo que pueden, amén de una organización que se las ingenia para que no falte de nada frente a una escasez alarmante.
La culpa, dicen las malas lenguas, es que todo el dinero público de Cultura se lo llevan los socios de IU y Ganemos para sus festivales Xera e Intramuros, y demás, pero la culpa, en todo caso, será de quién marca las prioridades desde el poder municipal, no de las fuerzas minoritarias que sujetan a ese poder local.
En 2020, el gasto en cultura del Ayuntamiento de Jerez fue de 6,68 millones de euros, lo que supuso el 3,1% del gasto total municipal, alcanzando un desembolso medio de 31,3 euros por habitante. Según los expertos, para que la cultura sea mínimamente transformadora de la realidad socioeconómica de un municipio debe irse como poco por encima del 5% del total del presupuesto anual. El desembolso municipal por habitante muestra unos valores notablemente inferiores al promedio estatal (68,9 euros), siendo el porcentaje sobre el presupuesto municipal total también inferior al de la media de los municipios del conjunto del Estado (4,3%). Son datos recopilados en el Plan Estratégico de la Cultura y la Creatividad de la Ciudad de Jerez (PECCJ), diagnóstico para sentar las bases de un municipio que aspira a ser Capital Europea de la Cultura en 2031. Y todo empieza en los libros.
CODA: inmediatamente después a la publicación de este artículo se nos han hecho varias consideraciones: la pasada Feria del Libro de Cádiz duró 10 días, frente a los tres que ha durado la de Jerez —se inauguró un jueves por la tarde y se cerró un domingo a las 14 horas—. La edición de la Feria del Libro de Jerez de 2016 duró nueve días, por los tres escasos que ha durado en esta ocasión. Todo sea por que la realidad no contradiga el récord municipal.
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