A veces se dan curiosas coincidencias que establecen relaciones íntimas entre objetos dispares, que probablemente, no tengan más necesidad de ser, que la de quien observa. Pero cuando además los números se alinean, el asunto se vuelve cabalístico. Manuel Chaves Nogales (1897-1944) siguió como máxima de su oficio, y en fin, de su estilo de vida, aquello de ‘andar y contar’ (La vuelta a Europa en Avión, 1929). Así, indagó por los pueblos del comunismo libertario de Andalucía o cayó en remotos paisajes del Cáucaso ‘utilizando todos los medios de comunicación prehistórica…’.
En una libretilla apuntaba las entrevistas, las visitas, los datos, los detalles, informando de todo aquello que tenía interés. Se situaba en la orilla opuesta del articulista de inspiración intelectual o política, aquél que con la sola bombilla de su propio ingenio, opina. Escribir como hacía Chaves Nogales requería dejar el hogar asiduamente y tomarle el pulso a la vida en la calle. En fin, andar y contar.
Pues hablando de coincidencia, otro sevillano, pero de la Sevilla que participó en los primeros pasos de la imprenta, ordenó poner al pie de su retrato en su obra más conocida Guzmán de Alfarache (1599), otro lema, Legendo simulque peragrando, que viene a significar ‘Leyendo y caminado’. Mateo Alemán de Nero (1547-1614) no pudo dedicarse al oficio de periodista, pero lo hubiera hecho dado su interés en el mundo de la edición; el acierto de poner en marcha la novela moderna como composición variada en torno a un individuo que deja su ciudad natal para salir a conocer mundo; la publicación de Sucesos de fray García Guerra (donde dice sucesos leemos noticias o crónicas). En fin, por su muestra de curiosidad hacia todo lo vivo. Aunque el lema de Mateo Alemán no dice informar, sino leer, su afán es dar testimonio de su tiempo y ‘ponerlo a los ojos del mundo para que consideren todos en él’.
Quizás la inquietud llevó a ambos, andariegos, zanquilargos, observadores obsesivos, a ser enterrados lejos de su patria y en tumbas anónimas. Y por cierto, ambos vivieron pestes o pandemias de estas. Hubiera estado bien verlos esquivar la ansiedad de los confinamientos.