Seguramente todos tenemos algún familiar, algún amigo, algún vecino o algún conocido que ha tenido que hacer las maletas para buscarse la vida más allá de Despeñaperros.
Seguramente todos tenemos algún familiar, algún amigo, algún vecino o algún conocido que ha tenido que hacer las maletas para buscarse la vida más allá de Despeñaperros. Es más, es muy probable que en cuestión de segundos nos venga la imagen de alguno a la mente y sea la de una persona de entre 20 y 30 años. Bienvenidos a la realidad de muchos jóvenes en Andalucía. Una Andalucía donde la exclusión social acecha a 600.000 chavales, donde el 60% de los jóvenes en edad de trabajar no tiene trabajo y donde ocho de cada diez están convencidos de que van a tener que dejar atrás familia y amigos para que la vida le dé una oportunidad.
La situación que atraviesa nuestra juventud es un drama. Pero no sólo para ellos y sus familias, también lo es para el conjunto de Andalucía. Porque quienes precisamente deberían erigirse como la piedra angular para que nuestra tierra aspire a un futuro esperanzador y próspero, sólo alcanzan a desprenden un pesimismo que la sociedad ya toca con sus dedos. Hemos invertido en ellos, los hemos preparado, tienen talento y ahora quien se beneficia de ello no es Andalucía.
Yo quiero que vuelvan. Que no paguen con su futuro los platos que otros rompieron y que quien decida irse lo haga porque quiere y no porque se vea obligado a ello. Soluciones hay, pero quienes gobiernan tienen que querer; transformemos la Educación en este país para que sea el gran motor de cambio, impulsemos un modelo laboral que reduzca la dañina precariedad, fomentemos la cultura emprendedora o, entre otras muchas medidas, démosle un giro de 180º a unas políticas activas de empleo que se aplican sólo en modo paliativo.
Como padre de tres hijos, no me resigno a que dentro de unos años, cuando estén en edad de trabajar, teman acabar haciéndolo “en lo que sea” porque los políticos de hoy no fuimos capaces de entender que Andalucía no tendría futuro si no se lo brindábamos a sus jóvenes.
Sergio Romero, Parlamentario Andaluz de Ciudadanos