Se fue noviembre, un mes de contrastes, estás un día en la playa, tomando ese sol que todavía pica y al llegar a casa, chas, imágenes de carreteras nevadas y pueblos aislados en la tele. Un repeluco te estremece el cuerpo. Densas columnas de humo blanco empiezan a llenar nuestras calles, salen de unas ollas blanqueadas, son los primeros puestos de castañas, las fruterías se llenan de nueces, avellanas de los toros, almendras, granadas, membrillos y a veces, ya casi nunca, madroños. En Cádiz las adornan, es tosantos, digno de ver.
Los puestos de flores se multiplican y llenan las entradas de los cementerios, el Ayuntamiento pone autobuses especiales y durante unos días las calles de esas barriadas de nichos se llena de gente, cada vez menos, vestida de negro. Este año, las incineraciones ya son el 35% de las inhumaciones, qué bonito era un entierro. Pero llegó la democracia, El Corte Inglés, la televisión y con ellos la globalización.
En la tele nos enteramos que había una temporada otoño-invierno, los niños nos pedían disfrazarse de monstruos en el Halloween y de pronto aparecieron en los bares, restaurantes y comercios de postín unos productos que como le pasaba al lirón careto de los documentales de La 2, no sabíamos ni que existían, las setas. Hoy es difícil encontrar un restaurante que no ponga setas en su menú. Puturrú de fuá. El mosto, al que ya no le hace falta el frío como pasaba antes de la Constitución, hace su agosto. Los fines de semana las carreteras y caminos sin asfaltar se llenan de peregrinos, recorren la comarca para catar las distintas cosechas junto con el ajo, la sopa de tomate, la carne al toro, el flamenquín, la berza, las aceituna, los rabanitos, etc, etc, etc... y una carta que incluye ya menú para niños y hasta para celíacos.
Ya avanzado el mes, no es extraño que las comidas en esos restaurante que aún llamamos viñas se terminen cantando coplas de Nochebuena, aquí los villancicos llegaron también con la televisión, como los ñus y el serengueti, antes eran así, coplas de Nochebuena y ni se cantaban tanto por bulerías y ni recordaba yo tanto niño Jesús ni tanto pesebre. Así entre limoncello, pacharán, pestiños del horno de Carrefour y polvorones del Aldi, tendríamos la primera zambomba, sin acento en la á final ni terminada en ada. ¡Ojito! Poco después nos ataca otra campaña, otra vez desde el corazón del libre comercio, el Black friday. Como locos recorreremos los centros comerciales a buscar una ganga con la que dar envidia al vecino o a tu mujer. Ves como yo también tengo ojo para esto.
La globalización se ha puesto la cultura y la gastronomía por montera y nos invade calladamente, como el virus de los zombies de The Walking Dead, de los que se disfrazan nuestros hijos a principios de mes. ¿Truco o trato? Menos mal que unos valientes resistentes a la invasión están empezando a sacar pecho y ya denuncian que nos están imponiendo fiestas y tradiciones yankis, que no son nuestras. Se atrincheran para combatirlas en parroquias, peñas flamencas y en el Facebook, “esto es Egpaña”. Antes, eso sí, han llevado a los niños al McDonalds o les han pedido unas pizzas por teléfono, que se las coman jugando a la Play con unas bolsas de palomitas y así estarán tranquilos unas horas. Las mujeres han ido a un beibi chauver y después se irán a comprar los adornos del árbol de Navidad, Papá Noel ya está al venir y tienen que comprar un amigo invisible. Ellos han quedado por el WhatsApp, se van a ver el fútbol, Madrí-Borussia Dortmund, al Barça ni agua que son extranjeros. El local de la hermandad tiene una tele HD Samsung y suscripción Vodafone TV, genial. Unas cocacolas y unas birritas del Lidl, Steimburg, a 0,39, aceitunas con anchoas Borges, de discount, 3x1, patatas sabor a jamón de Pringles, unos nachos El Paso, un dipeito y unos sándwiches de carne de cangrejo de sushi panda, también de oferta, y a vivir. Ah y después su gin tonic, que no falte, guapo, con ginebra London, chaval, de la tienda gourmet, ¡toma ya¡ Y viva Egpaña, conñio. Maldito mes que empieza con los difuntos y termina con Blas fridei.
P.d. 1: Empiezan a lanzar paracaidistas o submarinistas en Jerez, el primero ha caído en la Real escuela, no se sabe si para ayudar o para lo contrario, Dios o Susana dirá, pero lo que se dice bueno bueno, no es. Lo que parece es que no saben que Mamen estuvo en la comisión de defensa del Congreso más de 10 años, y lo mismo allí le enseñaron a defenderse de paracaidistas y submarinistas.
P.d.: 2: En cuanto publiquen este artículo espero que empiecen a llamarme de las múltiples marcas que he nombrado, a ver si me cae algo de derechos de imagen. Si alguno sabe el teléfono de Messi o de Ronaldo que me lo diga, para ver cómo se hace eso de no declarar en Hacienda. Hideputas...
P.d.: 3: Presupuesto. ¿Habéis oído esa palabra durante esta semana? ¡Qué jartura!. Ya tenemos Villamarta, y ahora ¿qué? ¿Cuánto durará esta pax de chiripa? ¿Habrá para llegar a marzo, que es la fecha que han pactado con Ciudadanos? Para mí que no, pero… cosas peores se han visto.
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