Nicolás Maquiavelo escribió su obra El Príncipe en el siglo XVI, con la intención de dedicársela a Lorenzo de Médici, quien en ese espacio de tiempo era el gobernante de Florencia y con el propósito de ofrecer consejos y guía a Lorenzo El Magnífico, quien gobernaba Florencia en aquella época. Una obra que bien puede servir a otros gobernantes, especialmente a aquellos que ocupaban y ocupan posiciones de poder, como puede ser nuestro presidente Pedro Sánchez.
La obra es un manual de gobierno y un tratado político en el que Maquiavelo discute cuestiones de poder, autoridad y cómo un príncipe debe comportarse para mantener y consolidarse. A menudo se le atribuye la famosa frase "el fin justifica los medios", una de las cuestiones que me ha animado a escribir este artículo, por la relación que actualmente existe entre Maquiavelo su obra El Príncipe y Pedro Sánchez en la política actual, reflejo de la idea de que un gobernante debe estar dispuesto a utilizar tácticas a menudo consideradas inmorales o crueles si eso es lo que se requiere para mantener su poder.
La relación entre Maquiavelo, El Príncipe y Pedro Sánchez puede analizarse desde diferentes perspectivas: desde la estrategia política y de poder, la ética, el liderazgo o las relaciones internacionales.
El Príncipe de Maquiavelo es un tratado sobre el poder político y la estrategia de gobierno. Pedro Sánchez, como candidato a conformar gobierno, se enfrenta a desafíos políticos y debe tomar decisiones estratégicas para mantener y consolidar su poder. Como presidente se ha enfrentado a desafíos constantes, como la gestión de coaliciones políticas, la toma de decisiones impopulares y la competencia con otros partidos dentro de su propio gobierno.
Las estrategias políticas que emplea para mantener su posición y lograr sus objetivos pueden estar influenciadas por los principios maquiavélicos. En su obra, Maquiavelo aconseja a los gobernantes sobre cómo mantener el poder y tomar decisiones efectivas.
Nuestro presidente puede contar con asesores y estrategas políticos que se inspiran en las ideas de Maquiavelo para tomar estas decisiones; sus diferentes cambios de opinión y estrategia van enfocados a conseguir formar gobierno sin importarle contradecirse o ceder a los partidos independentistas el desmembramiento del gobierno central como institución, el país como nación o el derecho inquebrantable de que todos los españoles somos iguales, como asi recoge nuestra Constitución de 1978.
Lorenzo de Médici era conocido por su enfoque pragmático en la política, donde la moralidad a veces cedía ante la necesidad de mantener el poder. Pedro Sánchez a menudo se enfrenta a dilemas éticos en su toma de decisiones, lo que plantea preguntas sobre la ética en la política, cuestión muy degradada y que constantemente crea desafección de la ciudadanía.
Maquiavelo también es conocido por su enfoque en la realpolitik, que implica que, en ocasiones, los gobernantes deben priorizar el mantenimiento del poder sobre consideraciones éticas.
Maquiavelo destaca la importancia de las habilidades de liderazgo, como la astucia y la adaptabilidad en su obra; Pedro Sánchez, exhibe constantemente su capacidad camaleónica de adaptación a las circunstancias, esta habilidad para navegar por el complicado mundo de la política española es más que conocida, como también sus dotes de diálogo y negociación.
Es posible que los asesores de Pedro Sánchez, como estrategas políticos y asesores de comunicación, estén familiarizados con las ideas de Maquiavelo y las apliquen en su asesoramiento al presidente. Esto puede manifestarse en la forma en que diseñan estrategias de comunicación, gestionan crisis políticas y evalúan las consecuencias de las decisiones a tomar.
El Príncipe también aborda cuestiones de política exterior y relaciones internacionales. Pedro Sánchez, como candidato a formar gobierno y presidente del mismo, se involucra en diplomacia y toma decisiones que afectan las relaciones de España con otros países, algunas para utilizarlas en política mediática en benéfico de sus objetivos, como estamos contemplando en las negociaciones con diferentes guiños a Puigdemont, prófugo huido de nuestro país.
Maquiavelo enfatiza la importancia de las habilidades de liderazgo, como la astucia, la capacidad de adaptación y la habilidad para navegar en un entorno político complejo. Pedro Sánchez ha demostrado que esta habilidad para mantenerse en el poder y liderar eficazmente es innata en él. La capacidad de construir coaliciones, negociar con otros líderes políticos y tomar decisiones estratégicas son competencias clave en la política actual, y él es un claro ejemplo del surgimiento de las nuevas formas de política de poder que se están implantando desde el interés de liderazgo en detrimento del interés general.
La utilización de El Príncipe de Maquiavelo en beneficio del liderazgo de Pedro Sánchez es un tema que puede ser objeto de debate y discusión, probablemente ha extraído lecciones de esta obra maestra en términos de estrategia política en el mantenimiento del poder, pero del todo improbable el reconocimiento de nuestro presidente de esta circunstancia, que puede influir en la orientación y en la toma de decisiones políticas.
Sin embargo, es importante recordar que la obra de Maquiavelo es controvertida y que su aplicación en la política moderna debe ser considerada con precaución, especialmente en lo que respecta a la ética y los valores, algo tan esencial en la actualidad e inexistente en la época que Maquiavelo creó su obra. La política actual se rige por una serie de factores complejos y cambiantes, la influencia de cualquier obra histórica varía dependiendo del contexto y del enfoque específico de un líder.
En estos días estamos viviendo el incansable uso de la política mediática para justificar y contradecir mensajes lanzados en contextos diferentes al actual. Pedro Sánchez necesita de aquellos de los que antes renegaba y veía como delincuentes y prófugos de la justicia; hoy todo ello cambiado por compañeros/as de viaje en una legislatura, que si termina por consolidarse, será de todo menos tranquila.