Cuando se dice eso de “es que no se habla de otra cosa” suena a tópico. Lo que pasa es que, a veces, solo a veces, es cierto. Eso es lo que pasa con la Magna, la Magna Mariana de Jerez. En los puestos de trabajo, en las familias, en los bares (al menos en los del centro, a los que, sin duda, les va un buen pico en que la procesión se celebre o no)… es el tema recurrente de conversación desde hace días.
El indudable hecho de “que no se hable de otra cosa” no quiere decir, al menos no necesariamente, que sea a favor de su celebración, que hay opiniones para todos los gustos, están los partidarios, los detractores, los neutrales (hay mucho huevo sin sal) y los que podríamos llamar críticos, que son los que, de inicio, estando a favor o, al menos, no estando en contra, han comenzado a cuestionar cómo se están haciendo las cosas. Aquí incluso cabría hablar de dos ‘corrientes’: la cofrade y la meramente ciudadana, en la que vamos a convenir, esta última, que es en la que se circunscribe este cronista, aunque va a trufar algunas cosas que le llegan de la otra corriente.
Hay determinados asuntos sobre los que detenerse un minuto. En la reunión del pasado miércoles en la que se decidió posponer al 19 de octubre la procesión, todavía había algunos hermanos mayores que seguían con el 12 de octubre en su hoja de ruta, pese a que el pronóstico por entonces, en algún momento, llegó a ser de más de 100 litros por metro cuadrado. Cabe preguntarse si esa postura se debía a la existencia de ‘contactos’ o ‘información privilegiada’ procedente de solo dios sabe dónde (no hay blasfemia, repárese en que dios va con baja) ya que, curiosamente, de repente en webs como EL TIEMPO la previsión bajó a 4,4 litros (al final dan 30 litros) o si, sencillamente, estamos ante partidarios del 'viejo estilo', esperar a las 16:10 horas del sábado, hora en que estaba prevista la salida del primer paso, para comenzar el eterno debate sobre si “es una nube”, hacer la llamada de rigor a la base de Rota (que es la buena) o al simpático familiar de Sanlúcar para que nos confirme si por allí ya está lloviendo o si el día está soleado. Ahí se quedan estas dudas, que van de lo casi divino a lo terriblemente humano, según y cómo se mire.
Vamos a entrar en jonduras con la fecha. Se hace pum y se traslada todo el paquete al sábado 19 de octubre. Aquí, en primer lugar, hay que volver a tener en cuenta de nuevo al tiempo. Los pronósticos dan lluvias varios días de la semana. Ahora mismo se libra el sábado 19, pero en algún momento la previsión ha llegado a dar 7 litros de agua. Con esto, queremos plantear qué ocurriría si las previsiones para el sábado 19 empeoraran: ¿se iría a un segundo aplazamiento y se fijaría una tercera fecha? ¿Si da solo cierto riesgo se mantendría salir y se tomaría una decisión minutos antes, modo Semana Santa o, definitivamente, se suspendería la Magna, aunque el tema se recuperara dentro de unos meses? Personalmente este cronista piensa que las cofradías se decantarían por la primera o, si el riesgo es bajo, la segunda opción, y no tengo tan claro qué ocurriría con las autoridades, tanto las diocesanas como las municipales.
El obispo Rico Pavés (como les gusta poner a los periodistas que escriben de temas religiosos y cofradieros, aunque suene así como a árbitro de los 80) puede que no sea tan pro-cofrade como el anterior, que era mucho, pero está claro que quiere los problemas justos por este ‘flanco’. Ante la imposibilidad manifiesta de meterse en la cabeza de un obispo, vamos a la autoridad terrenal, al Ayuntamiento de Jerez. El Ayuntamiento ha transigido mucho con la segunda fecha. Vamos a decirlo claro, al Ayuntamiento de Jerez no le venía bien el 19, pero las cofradías tienen alfombra roja. Dan (y quitan) muchos votos o eso piensan los políticos. Es cierto que cuando hay un aplazamiento lo mejor es ir a resolver cuanto antes, y ese cuanto antes era el domingo 13 (a la una de la tarde del viernes, con 3,2 litros de previsión de lluvia, es decir, seguimos en lo mismo, pero con la tarde mejor que la mañana) o el sábado 19, aunque para la programación de Jerez tal vez hubiera sido mejor el sábado 26.
El sábado 19 estaba prevista una parada hípica por el centro que se ha movido al viernes, día en el que no va a lucir tanto, se celebra la clausura dl Festival Con Acento, es el día grande de la Feria de Economía Local en los Claustros y, por si fuera poco, son las previas de World Bike, en el Circuito de Jerez. Son muchas cosas, la verdad, para meter la Magna que, además, huelga decir, el sábado quitará todo protagonismo a lo demás. Que pa’ qué, vaya.
El Ayuntamiento de Jerez –da igual que gobierne el PP que el PSOE– lleva años instalado en el ‘puedo con todo’ en materia de eventos y tiene pinta de que antes o después, simplemente, se va a dar una leche. Claro que piensa que ‘puede’ con una procesión a la que se van a sumar, no sé, 2.000 moteros por las calles del centro –¿no estaban antes el primer fin de semana de Feria? ¡Pues ya está!– y cientos de personas del encuentro ecuestre, cineasta y económico, que aquí cabemos todos.
Y nos vamos. Ah, personalmente este cronista piensa que será –hablamos de la leche– en las zambombas, hoy por hoy un auténtico disparate.
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